Hace dos semanas, era muy difícil imaginar a Danny Willett ciñéndose la chaqueta verde. En aquel entonces, no era seguro siquiera que el golfista inglés pudiera participar en el Masters.

Pero más difícil de pronosticar era que Jordan Spieth se viniera abajo en la última media ronda del certamen.

A nueve hoyos de hacer historia, el campeón defensor del Masters se derrumbó estrepitosamente, lo que constituyó una sorpresa incluso para los estándares del Augusta National. Quedó en seis golpes arriba del par en los tres primeros hoyos de esa recta final, incluido un cuádruple bogey en el 12.

Willett, cinco golpes detrás cuando restaban seis hoyos, se anotó birdies en tres de los últimos seis hoyos, para asegurar un triunfo que no puede atribuirse sólo al colapso del texano Spieth. El inglés cerró con una tarjeta de 67 golpes, cinco debajo del par y sin bogey alguno, para igualar el mejor marcador del fin de semana.

En 17 años, ningún europeo se había coronado en este certamen.

hgm

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