Río de Janeiro.— El campo de golf para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro —retrasado por demandas ambientales, disputas sobre la propiedad del terreno e incluso dudas sobre si era necesario construirlo— fue entregado ayer a los organizadores de la máxima justa deportiva del año entrante.

El alcalde de Río, Eduardo Paes, defendió el campo, construido en el vecindario adinerado de Barra da Tijuca, donde se ubican la mayoría de las instalaciones olímpicas.

Paes abrazó al multimillonario constructor Pasquale Mauro, quien estuvo junto a él en la presentación. El desarrollador gastó alrededor de 16 millones de dólares en la construcción del campo y también está edificando unos departamentos de lujo, de mármol y cristal, alrededor del curso, que fue diseñado en una reserva natural.

El campo albergará el primer torneo de golf de Olímpicos en 112 años, marcando el regreso del deporte a la máxima justa, aunque en un país donde se sigue muy poco.

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