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alejandro.rodriguezd@eluniversal.com.mx
La última vez que el piloto Sergio Pérez rodó en el Autódromo Hermanos Rodríguez no pudo competir en la carrera pese a haber clasificado en segundo lugar en lo que era el serial Reto Telmex. Esto porque fue castigado por un incidente con otro piloto una fecha anterior.
“Una carrera antes, tuve un accidente con un piloto y me quitaron el permiso. Entre que me lo daban y me lo quitaban no me dejaron practicar, sólo pude calificar. Lo hice como segundo. Tenía una ilusión muy grande para la carrera porque éramos la preestelar de Champ Car. Tenía la ilusión de que un equipo me viera hacer un buen trabajo y me jalara”, remembra ‘Checo’.
Año 2003. Sergio tan sólo era un niño de 12 años cuando ya competía contra jóvenes de 20. Por ello, le habían dado un permiso especial para correr en esta competencia.
“Estando ya en la carrera a punto de arrancar, levantaron mi coche y lo sacaron. Por lo que no pude correr. Esa fue mi última vez en México”, recuerda.
No sólo lo retiraron en pleno asfalto del Hermanos Rodríguez, sino que lo castigaron por siete carreras, con lo que concluyó tercero en el campeonato. El ver cómo lo levantaban con todo y auto para quitarlo de la pista fue lo que más coraje le dio al piloto tapatío.
“Fue un golpe muy duro en donde le dije a mi papá que ya no quería correr coches nunca más. Me quitaron una ilusión muy grande que tenía durante tanto tiempo por ganar un campeonato y que te lo quiten de esa forma, fue algo muy fuerte”, relata Sergio, aún con nostalgia, por uno de sus momentos de más impotencia en las pistas.
Poco después inició sus competencias a nivel internacional. Llegó la oportunidad de correr en Europa y de ahí un largo tobogán que lo llevó hasta la Fórmula Uno en 2011.
A 12 años de distancia, su desarrollo en el deporte motor lo tienen de regreso en el autódromo capitalino. Ya no se trata de un piloto de kartismo, sino de un sólido volante de Fórmula Uno que acaparará las miradas el 1 de noviembre al ser el de casa en el regreso del Gran Premio de México.
“Ahora regresar en un F1 después de tantos años va a ser muy especial. Por lo que pasó en aquella ocasión va a ser un regreso esperado después de tantos años”, admite el ahora piloto de Force India, que ayer hizo una parada en la ciudad de México antes de viajar a Austin para disputar este fin de semana el Gran Premio de Estados Unidos.
Su primera probada de lo que será su regreso al Hermanos Rodríguez la tuvo el 3 de octubre cuando dio las primeras vueltas de un renovado circuito a bordo del BRM P153 de 1970, que perteneciera a Pedro Rodríguez.
Incluso, ‘Checo’ pudo probar el dormir en su propia casa tras una sesión de conducción. Algo inédito desde que corre en Europa.
“El día que reinauguré en el Hermanos Rodríguez, ese mismo día estaba durmiendo en Guadalajara. Es algo que no me cae el veinte porque estoy acostumbrado a correr en todas partes del mundo, pero nunca en mi país. El estar tan cerca de mi gente no sé qué se sienta. Sin duda será un momento muy especial en mi carrera este 1 de noviembre”, reconoce el tapatío.
Ante la expectativa generada, Pérez admite que hay presión, la que busca canalizar de una forma positiva.
“Sí hay una presión de correr ante mi gente, pero la forma en lo que veo es una presión muy positiva. Siempre que me pasan estas cosas, lo hacen especial. Será el lugar en donde vaya a recibir más apoyo. Los pilotos estamos acostumbrados a vivir bajo presión. Ya sea corriendo en China o aquí, siempre existe la presión de dar los resultados carrera a carrera. En México esta situación no cambia. Sólo lo hace especial para mí por correr en mi país”, detalla.
Así también pide mesura del resultado que pueda lograr.
“En una situación normal, el podio no sería posible en México, pero todo puede pasar como se vio en Rusia [en donde terminó tercero]”, admite Sergio, emocionado de que esta vez nada lo detendrá de competir en el Hermanos Rodríguez.