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Convertido en un atleta respetado y con la motivación en alto tras obtener su segunda medalla en Campeonatos Mundiales, Jonathan Paredes se prepara para su siguiente objetivo: el primer lugar general en la Serie Mundial de Clavados de Altura.

Con apenas un punto de diferencia con el colombiano Orlando Duque, el mexicano se encuentra actualmente en el tercer sitio de la clasificación y listo para remontar posiciones.

“Creo que sin problemas puedo alcanzar mi meta. Me siento en uno de mis mejores momentos y con la capacidad de protagonizar buenas competencias y acercarme a la cima”, dijo el seleccionado, quien estará en nuestro país por dos semanas.

En la pasada justa del orbe en Kazán, Rusia, Paredes logró una medalla de plata, que se sumó al bronce obtenido hace dos años en Barcelona. Una semana después, el deportista se llevó el primer lugar en la Serie Mundial que se realizó en Bosnia.

“Voy bien. Me ha servido mucho el estar con la persona que más admiro [Duque], ser un deportista que realmente ama lo que hace y claro, un atleta comprometido y disciplinado”.

Pero no todo ha sido color de rosa. Para alcanzar la excelencia, Jonathan ha tenido que lidiar con obstáculos que hasta hace poco le impedían concretar sus objetivos.

“Muchas veces yo mismo me frenaba. Sabía que podía tener buenos resultados, pero la cabeza no me daba para más. Muchas veces, el miedo hace que falles. Finalmente logré canalizar toda esa energía para bien”, relató.

La aventurada disciplina ha evolucionado, comenta Paredes. De ser un simple espectáculo en años anteriores, poco a poco gana terreno e incluso tiene aspiraciones de convertirse en algunos años en un deporte que forme parte del programa olímpico.

“Me alegra ser pionero y la persona que dio la pauta para que este deporte creciera en México. Desde el Mundial de Barcelona, la Federación Mexicana nos volteó a ver y se nos está apoyando. En la rama femenil tenemos a Adriana Jiménez que va por buen camino y en la varonil también van bien”.

Mantenerse en la élite de la especialidad no es nada sencillo, principalmente porque se trata de un deporte prácticamente autodidacta.

“Yo no trabajo con algún entrenador en específico y no tengo un equipo porque no es realmente necesario. Viajamos todo el año y sería muy difícil llevarse a varias personas. Nosotros nos hemos hecho solos”.

Aunque podría pensarse que los clavadistas pasan buena parte del día en el gimnasio o con nutriólogos, no es así, comenta Jonathan.

“No podemos hacer cosas como los atletas normales. Podría decirse que nuestros entrenamientos son las competencias. Cada uno de nosotros debemos hacernos responsables de cuidarnos lo mejor posible”.

La siguiente parada de la Serie Mundial será los próximos 12 y 13 de septiembre y la gran final se llevará a cabo en Bilbao, España, el 25 y 26 del mismo mes.

Jonathan tiene una vida de ensueño. Rodeado por los mejores clavadistas, el mexicano recorre el mundo y espera permanecer en los saltos de altura por muchos años más.

“Estoy viviendo la vida que muchos quisieran tener; un trabajo que me permite conocer lugares increíbles. Me siento afortunado y lo que más quisiera es seguir así por mucho tiempo más. Otra de las cosas buenas de mi deporte es que puedes competir incluso después de los 40 años, como lo hace Orlando”, finalizó.

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