París.— El ciclista británico Christopher Froome se mostró emocionado tras conquistar ayer un sufrido Tour de France en el que resistió intensos ataques de sus rivales Nairo Quintana y Alejandro Valverde, la ira de algunos aficionados y numerosas acusaciones de dopaje.

Froome, que ganó la ruta ciclista más prestigiosa del mundo en 2013, completó los tres mil 360.3 kilómetros de las 21 etapas por delante del colombiano Quintana y del español Valverde, los únicos que lograron poner en aprietos al británico en la tercera semana.

“La primera vez fue un sueño hecho realidad”, aseguró el británico nacido en Kenia.

“Y ahora se ha vuelto a concretar. Casi que no lo puedo creer”, destacó Froome, que le agradeció el triunfo a sus compañeros de equipo y a su mujer Michelle.

El jefe de filas del poderoso Team Sky se vistió con el maillot amarillo en la séptima etapa y lo lució hasta la meta ayer en los Campos Elíseos de París, donde se impuso el alemán André Greipel al sprint, que de esa manera consiguió su cuarta etapa en el Tour.

“Siempre soñé con esto”, afirmó el alemán. “En el ciclismo, París es la capital del sprinter”, agregó Greipel.

Por la lluvia que cayó sobre París, los organizadores decidieron que los tiempos no se contabilizaran, lo que permitió que Froome llegara rodeado por sus compañeros de equipo.

Froome basó su triunfo final en las grandes diferencias que logró en las dos primeras semanas, al aguantar en los abanicos de los primeros días en el en el Mar del Norte y al apabullar en los tramos de Los Pirineos.

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