Da lo mismo el rival, el estadio y la ciudad, Cruz Azul siempre hace de las suyas.

Minuto 89. La Máquina ganaba 2-1. Tiro de esquina para los Panzas Verdes. Sobra decir que los capitalinos se dejaron empatar.

Un cabezazo de Osvaldo Rodríguez encontró al argentino Alejandro Faurlín, quien parecía un bulto de pie, estático en el área. El cuerpo del defensa desvió el balón, que parecía sencillo para Jesús Corona, y entró a la portería.

Para el colmo, fue la primera pelota que tocó el sudamericano en el futbol mexicano. ¡Bienvenido a Cruz Azul!

Cuando parecía que el español Francisco Jémez se encarrilaba con la fanaticada azul, se llevó un insípido empate en Guanajuato. Mientras, Javier Torrente respira un poco más tranquilo en el banquillo verde.

La Máquina tenía el triunfo en el bolsillo. Justamente Corona declaró en la semana que el término cruzazulear es molesto, pero que en el club iban a hacer todo lo posible para finiquitarlo. Pero, ¿para cuándo empiezan?

Los cartones se abrieron desde temprano. Apenas al minuto 7, un cabezazo del zaguero central Enzo Roco venció al arquero Felipe Rodríguez, quien dejó en la banca a William Yarbrough.

Los felinos reaccionaron. Recuperaron el balón de los pies de los cementeros y mantuvieron el ritmo. Mientras los minutos consumían el cronómetro del primer tiempo, el juego se peleó mucho en el mediocampo. Los Cementeros no querían arriesgar de más.

Édgar Méndez, el motor azul, salió lesionado. Apenas cinco minutos después de su cambio —entró Felipe Mora—, los locales empataron el marcador, crédito de Hernán Darío Burbano.

Para la segunda mitad, los Esmeraldas apretaron a los visitantes. Jémez dialogó en diversas ocasiones con sus asistentes para cambiar la táctica.

En el 75, Mora se estrenó en la Liga MX e hizo el 2-1 para Cruz Azul, pero no fue suficiente para amarrar el triunfo.

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