Fueron milímetros la diferencia entre un accidente y una tragedia, la realidad es que Lucero Álvarez ”tuvo mucho suerte, por nada pierde el ojo o se corta una arteria”.

Mario Mercader, doctor especializado en actividades deportivas y presidente de la Asociación de Medicina del Deporte en la Ciudad de México, aseguró que en esta ocasión, “el destino le jugó una ‘buena’ pasada al portero” de Lobos BUAP.

“Esos golpes, esas lesiones son muy delicadas. Se fractura el arco cigomático, que está cerca de la órbita ocular y el problema más allá del rompimiento, es que las partes pudieron incrustarse en el globo ocular o en el esquema del nervio de la vena, afectar el ojo hasta perderse. Fue muy delicado”.

Además, “la fractura pudo generar bordes filosos que pudieron dañar las arterias”.

Lo que se recomienda es operar, “cuando el edema se reduzca. Si das 24 horas o hasta 72, se pude hacer sin ningún problema, así la cicatrización se realiza con más efectividad”.

Después de esto vendrá la recuperación, la rehabilitación y el regreso, “todo esto puede llevar de tres a seis semanas. La operación consiste en fijar los fragmentos y dejar todo bien puesto para que la zona no se mueva y esperar un buen proceso de cicatrización, pero después de eso hay que observar que no haya alteraciones en la visión, que se vea doble. Ojalá no haya secuelas, la verdad es que estuvo cerca de correr un grave riesgo”.

Francisco Marbán, doctor de Lobos, explicó sobre la postergación de la operación: “Hay que esperar a que baje la inflamación y que el cirujano decida el día óptimo para hacer la cirugía, lo mejor, reitero, es que no hay lesión en el ojo”.

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