De los 15 entrenadores que asistieron al Draft, Rafael Puente del Río fue el último que ingresó al salón donde se efectuaron las transacciones. Lo hizo prácticamente con una hora de retraso debido a que no estaba arreglado con la directiva de los Lobos BUAP, así es que no tenía la facultad legal para estar presente en las negociaciones.

Considerables diferencias económicas con relación a su salario eran lo que evitaba que fuera parte de la comitiva del club recién ascendido a la Liga MX. Eso sí, ninguna contratación de su equipo fue hecha hasta que estuvo presente en la mesa de negociaciones, lo que ocurrió después de un acuerdo de palabra con su directiva. 

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