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Varios teléfonos móviles suenan de forma sincronizada en el emorme salón donde se cierran las operaciones de jugadores de cara al Apertura 2017. Parecería la muestra de que el mercado está activo, pero casi todas esas llamadas son intentos desesperados por llegar a acuerdos que hasta podrían resultar poco benéficos a los interesados.
Es el enfermo rostro de un método que luce en agonía. Casi 30 años después, el Régimen de Transferencias de la Liga MX se acerca a su final. Ya es obsoleto... Y para muestra, las menos de 50 operaciones que, al cierre de esta edición, se habían registrado. La mayoría fue préstamos.
A partir de 2018, el Draft será en Toluca, sede de las nuevas instalaciones de la FMF.
“La idea es abrir más la ventana para que los jugadores de este medio puedan contratarse y no sólo sea en una fecha específica. Todo se haría allá (en Toluca)”, comparte Gustavo Guzmán, presidente del Atlas. “Se van a modificar algunas cosas”.
“Mucho se habla de lo que sucede con el jugador, pero la realidad es que sería lo mismo acá o en Toluca. Hay algunas cosas que podrían cambiarse y ya lo veremos”, revira Andrés Fassi, vicepresidente del Pachuca. “Lo más importante siempre debe ser lo que nos beneficie a todos”.
Y precisamente los Tuzos lucen como los ganadores de esta reunión. Ante la próxima salida de Hirving Lozano al futbol de Europa, cerraron al goleador chileno Edson Puch, procedente del Necaxa, y al atacante colombiano Edwin Cardona, quien les fue prestado por el Monterrey. En la operación con los Rayos, están incluidos los mexicanos Roberto Alvarado y Dieter Villalpando, quienes van al conjunto ahora dirigido por Ignacio Ambriz.
“Estamos muy contentos con lo realizado. La baja de Hirving será importante, pero creemos que se suplirá bien con la gente que llega”, afirma el directivo de los hidalguenses. “Hicimos el compromiso de tener un buen plantel para el Mundial de Clubes y eso haremos”.
Los Rayados también movieron el mercado con las llegadas de los delanteros Avilés Hurtado (Xoloitzcuintles de Tijuana) y Jorge Benítez (Cruz Azul). Antonio Mohamed recibió más armas y no perdió alguna pieza clave.
Ellos dinamitaron el Draft, mientras que los cuatro clubes denominados “grandes” fueron más bien discretos.
El América fue el que tuvo más motivos para sonreír. La directiva concedió a Miguel Herrera su principal deseo: el contención argentino Guido Rodríguez, quien llegó de Tijuana por unos 5 millones de dólares. Y se deshizo tanto de Javier Güémez (Querétaro) y Osmar Mares (Veracruz).
Los Pumas reforzaron su ataque con los sudamericanos Mauro Formica y Joffre Guerrón, además de asegurar el regreso del volante David Cabrera y la permanencia del español Abraham González. El Guadalajara no pudo contratar al Chucky Lozano y Javier Aquino.
Mientras que el Cruz Azul sólo tenía al defensa central Jordan Silva, mientras que además del Conejo Benítez, colocó a Francisco Javier Rodríguez, Juan Carlos García Sancho (ambos con Lobos BUAP) y Richard Ruiz (Veracruz). Estampas de un formato que luce en agonía.