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¿Histórico? No para la ambición de Chile. La Roja celebró con cautela el pase a su tercera final grande en tres años y dejó claro que su hambre de éxito sólo se saciará de un modo: ganando el domingo la Confederaciones.
“Vamos por más, muchachos”, fue el simbólico mensaje que dejó en Instagram Claudio Bravo.
“Ahora falta un paso para hacer historia. No nos conformamos con llegar a la final”, había dicho el arquero y capitán chileno, tras superar a Portugal en la primera semifinal del evento.
La ambición andina vas más allá de las palabras y pudo verse con claridad en el duelo con los lusitanos. En un torneo muy exigente, con poco tiempo entre partidos, los de Juan Antonio Pizzi exhibieron ante Portugal su futbol físico y aguerrido sin concesiones e, incluso, tras 120 minutos agotadores pudieron marcar con un doble disparo al palo cerca del final.
También reveladora fue la celebración medida de los jugadores: el nuevo hito en la historia del futbol chileno está bien, pero la euforia se reserva para el domingo.
“Ojalá terminemos siendo campeones. Es el sueño nuestro. Tenemos muchos sueños todavía”, dijo un sonriente Arturo Vidal, ícono de la garra chilena.
“Ahora vamos a descansar y tratar de recuperar la fuerza de todos los jugadores. Y de acuerdo a cómo se vayan recuperando, iremos tomando las decisiones”, explicó Pizzi tras la semifinal.