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Ningún técnico ha ganado tantos partidos con Alemania como Joachim Löw y nadie lo hizo con un promedio semejante. Tras 11 años en el cargo, el estratega alcanzó los 100 triunfos con la Mannschaft con la victoria sobre Camerún en la Copa Confederaciones. Y lo hizo en apenas 150 partidos para promediar dos victorias cada tres encuentros.
Habituado al bajo perfil, Löw se mostró inusualmente efusivo por un récord que lo afirma en la historia grande del deporte alemán. Y al parecer más allá también, porque según algunos estadísticos del futbol, no hay ningún entrenador que con semejante cifra dirigiendo a una misma selección.
“Normalmente las estadísticas son secundarias, pero lograr 100 triunfos es bonito. Habla de un largo tiempo y muchos buenos momentos”, destacó. “Si miras 11 años atrás y comparas la situación con la que tenemos hoy debo decir que podemos estar contentos”.
Junto a Klinsmann es considerado el refundador de la Alemania moderna y el impulsor de la notable transformación del estilo de juego del equipo hacia un futbol de toque y posesión. Sin embargo, ya ha superado con creces a su mentor, que registró apenas 20 triunfos en su breve etapa.
Antes de ganar, sin embargo, Löw tuvo que saber perder. “Tuvimos también decepciones y situaciones que no fueron bonitas”.
Bajo su mando, Alemania suma además una racha de 13 encuentros sin derrota, de los cuales ganó 10. La última caída de Löw fue hace más de 11 meses, cuando perdió en las semifinales de la Eurocopa ante Francia.
En la Confederaciones su experimental equipo era favorito, pero tras superar el escepticismo se metió con autoridad a semifinales y ahora aspira a engrosar la estadística. Porque más allá de la juventud de su plantel, Alemania es Alemania. Y tiene a Löw, el padre de una revolución permanente.