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La aventura de Hirving Lozano comenzó muy temprano en Kazán. El ahora joven delantero del PSV Eindhoven salió de tierras tártaras por la mañana, con la misión de recorrer cinco mil 736 kilómetros.

El Chucky se fue a Moscú. Llegó una hora después. Ahí esperó cerca de 180 minutos para cambiar de avión y volar a Amsterdam, Holanda, de donde tomó un vehículo que —en hora y 30 minutos— lo llevó a las instalaciones del PSV, en las que firmó el contrato que lo ligará con el club hasta 2023.

Después de hablar, firmar, hacer exámenes médicos y dormir, hizo el viaje de regreso.

Ayer a las 11 de la mañana (hora local) llegó a Sochi, para reunirse con el equipo mexicano.

En cuanto arribó al hotel de concentración, Lozano —de apenas 21 años de edad— se dijo feliz de haber cerrado su fichaje, y ahora sí se concentrará al 100% en la Selección Mexicana.

“Se dio la firma. Llego a un gran equipo, ganador histórico, por el que han pasado muchos mexicanos y les ha ido bien. Espero que a mí también. Es un aventura que voy a disfrutar”, comentó.

Ese viaje podría ser la causa por la que Juan Carlos Osorio no lo ponga hoy de inicio ante Nueva Zelanda, mas sea la decisión que se tome “la respetaré. Estoy al 100% con el ‘profe’. Si me toca jugar o no, lo tomaré bien”.

Refugiado en su timidez, Lozano no quiere entrar en más detalles sobre su cambio de equipo y, cuando se le menciona que es la contratación más cara de un jugador mexicano al extranjero, sólo ríe y alcanza a decir “si es así, me pone muy contento”.

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