Al menos por un partido, los seguidores de la selección de México parecen haber aprendido la lección.

Después de una severa advertencia de la FIFA y una exhortación de la federación nacional, los hinchas mexicanos que acudieron el miércoles al partido contra Nueva Zelanda por la Copa Confederaciones no gritaron la palabra considerada ofensiva para referirse a los gays que suelen corear cuando el portero rival realiza un saque de meta.

Los despejes del arquero Stefan Marinovic fueron recibidos primero con aplausos y a medida que transcurrió el encuentro con indiferencia, en el partido en el estadio Fisht por la segunda fecha del Grupo A _que tuvo mucho menos concurrencia mexicana que el del debut el domingo ante Portugal en Kazán.

En ese encuentro, el grito de la palabra fue potente cuando el portero portugués realizó su primer saque de meta, aunque luego bajó de volumen y al final era prácticamente inaudible.

“Si la FIFA ya está recomendando drásticamente que nos pueden perjudicar con puntos, ya nos han hecho multas, pienso que se tiene que erradicar y quitar”, dijo Leopoldo González, un fanático de 55 años de la Ciudad de México que viajó a Rusia con su esposa, Sandra Briones.

“Se tiene que cambiar el grito, como habían recomendado, a ¡México!”, agregó González poco antes del inicio del partido.

La Federación Mexicana de Fútbol advirtió a sus seguidores que podrían encarar “graves” sanciones de la FIFA si continuaban con el grito.

“No buscamos que haya conflicto, ni mucho menos de generar ni ofender al rival ni al país sede”, expresó Juan Manuel Miranda, un hincha de 40 años oriundo de Cuernavaca, mientras llegaba al estadio de Sochi vestido de mariachi. “Solamente creemos que es una parte divertida, pero estamos dispuestos a colaborar con nuestra selección”.

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