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Cristiano Ronaldo es el objeto del deseo del equipo mexicano. Aunque lo nieguen los jugadores, directivos y hasta el mismo director técnico, la atención es tá sobre él. Sobre el mejor jugador del mundo.

México abre hoy la que es su séptima participación en Copa Confederaciones, midiéndose ante el campeón de Europa, que tiene entre sus filas al afamado CR7, a ese niño nacido en Funchal, Madeira, que se hizo a sí mismo, hasta convertirse en el ícono actual —junto con el argentino Lionel Messi—, del futbol mundial.

A eso le tiene que ganar. Hay que parar a Cristiano.

Pero Juan Carlos Osorio quiere desviar la atención. El director técnico colombiano, diplomáticamente, reconoce las virtudes de CR7: “Es un superdotado, un privilegiado”, pero al mismo tiempo se enfoca en el conjunto portugués, como lo más importante a tratar.

“Jugamos contra Portugal... Y no solamente merece reconocimiento el excelente jugador que es Cristiano, uno de los mejores del mundo, sino los varios más futbolistas, muy competentes, que forman esa selección; colectivamente son muy buenos”, desmenuza.

Los elogios del sudamericano no se acaban y se basan en el estudio detallado que hace.

“Juega un 4-3-3 con una estructura muy ofensiva. Con tres delanteros de un gran nivel, dos laterales que se suman muy bien al ataque; además, son buenos en la pelota parada, donde se suman muchos al frente. Tienen dos interiores muy buenos, que saben jugar al ataque. Todo eso lo hemos analizado, y creemos que con el trabajo que hemos realizado, podemos contrarrestarlo”, sentencia.

A final de cuentas, y en vez de quejarse, para Osorio hoy puede ser un gran día. Porque enfrentarse contra el mejor jugador del mundo no significa que el juego ya esté perdido para la Selección Mexicana. El estratega ha apostado por enfrentarlo como uno más, aunque muy dentro de él sabe que, si hay alguien que puede marcar diferencia, es el llamado CR7.

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