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Jared Borgetti fue parte de ese equipo mexicano que brilló en la Copa Confederaciones de 2005, disputando el juego por el tercer lugar ante Alemania.
Representativo comandado por Ricardo La Volpe que se atrevió a perderle el respeto a los cuadros con renombre. Ahora, la misión es hacerlo contra Portugal.
“Bueno... Eso de faltar al respeto... Quizá se diga así, pero es cambiar, creer más en uno mismo, en tus condiciones, y sobre todo creer mucho en el equipo, en lo que podíamos hacer. Como decía nuestro director técnico: ‘son grandes jugadores, por eso están donde están, juegan donde juegan, los conocemos, pero hay una ventaja, ellos no nos conocen y no saben lo que podemos hacer, así que a demostrar’”, rememora el segundo máximo anotador en la historia de la Selección Nacional.
Esa filosofía que hizo llegar lejos al equipo de 2005, se refuerza —asegura Jared— en la nueva generación, la cual quizá no tenga la experiencia de la de antes, pero sí más bagaje internacional: “Hoy, este Tricolor tiene más roce internacional. Muchos de ellos adquieren aprendizaje en Europa, semana a semana, y mejoran”.
—¿Son mejores los de ahora?
—“El futbolista mexicano ha crecido. La mentalidad es súper importante para ser mejor. En mi tiempo, mi sueño era jugar en Primera; hoy le preguntas a los que están aquí y los que vienen detrás... Su sueño no es debutar en México, sino hacerlo en Europa”.