ÉDGAR LUNA CRUZ

edgar.luna@eluniversal.com.mx

La historia de Jonathan dos Santos con la Selección Mexicana ha sido de amor y odio, de tómame o déjame, de me voy pero regreso.

El volante, hijo de Zizinho —atacante del América en los 80— hermano de Giovani y surgido del Barcelona, desde los equipos juveniles no pudo consolidarse con la verde. Alguna vez, previo a una gira le hicieron despojarse del uniforme de concentración en pleno aeropuerto; a días del Mundial de Sudáfrica 2010, Javier Aguirre y Mario Carrillo lo dejaron fuera, prefiriendo en esa ocasión al intrascendente Adolfo Bautista.

Después vino ese penoso incidente en Ecuador, en 2011, donde una “calentura” de chamacos le hizo perder la oportunidad de participar en la Copa América de Argentina y los Juegos Olímpicos Londres 2012.

Parece que los tiempos mejores llegaron para quedarse. Ahora es titularísimo en el Villarreal de España y en el esquema del colombiano Juan Carlos Osorio. Por lo menos, más titular que Giovani.

“Estoy feliz, muy contento con las oportunidades que me ha dado el profe a últimas fechas”, dice el menor de los Dos Santos, más habituado a hablar con los medios de comunicación que su hermano mayor.

El entrenador nacional “me ha dado mucha actividad en los últimos partidos. Creo que le ha gustado mi trabajo y me eligió para estar entre los 23 que van a este torneo [Copa Confederaciones], donde van a estar presentes los mejores jugadores del mundo. Me siento contento. Hace mucho tiempo que quería estar mucho más presente en la Selección... Creo que ese momento ya llegó”.

Y asegura que no pudo ser mejor, ya que comparte grupo con su hermano y con “la mejor generación de futbolistas mexicanos en la historia”.

Jonathan lo dice muy seguro: “La mayoría juega en Europa, son titulares o jugadores importantes en el esquema de sus respectivos equipos; son jóvenes y tienen mucho talento. Todo se ha combinado, también el trabajo del profe cuenta. Es la mejor, no hay lugar a dudas.

“Reitero, la mayoría de los jugadores, los de la Liga mexicana y los que vienen de fuera, estamos en buen momento, mucho más maduros, con más experiencia, y todo eso lo vamos aponer en práctica, para que la afición que tantas esperanzas tiene en este equipo salga satisfecha”.

Así, Jonathan por fin está en donde soñó. No se le hizo en las juveniles, tampoco en 2010, pero ahora —parece— al fin se subió y es alguien fundamental en el equipo mexicano.

“Estoy aquí para aportar mi granito de arena. Estamos haciendo un gran trabajo. A veces no se dan las cosas como quisiéramos, pero vamos a salir. Estamos todos listos para enfrentar lo que venga, sin temores”, reitera el volante de contención.

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