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edgar.luna@eluniversal.com.mx
El líder del Clausura 2017 tiene nombre y apellido: Miguel Herrera y sus Xolos de Tijuana.
Un liderato que conlleva la responsabilidad de salir a las finales como favorito, pero que también lleva implícita una maldición: “la del líder”, pero en la Liguilla no puede mantener ese nivel y a las primeras de cambio es echado fuera.
En la historia de los torneos cortos, Invierno de 1996 a la fecha, solamente en seis ocasiones esta blasfemia se ha logrado romper. Los Diablos Rojos del Toluca en los torneos Verano 1998, Verano 99 y Verano 2000; Pachuca en el Clausura 2006 y Clausura 2007 y Santos en el Clausura 2012.
Y ahora la premisa es saber si Tijuana, que repite posición con respecto del torneo anterior, ¿podrá romperla?
Al “Piojo” la realidad es que le vale... “¿maldición del líder? no me preocupa ni nada. Me vale”, afirma el técnico.
En el Torneo Apertura 2012, el entonces presidente de la Liga MX, Decio de María, decidió que para darle más emoción a las Liguillas en caso de empate en el global ya no contaría para avanzar la posición de la tabla general, sino los goles que se hayan anotado como visitante.
Así que no hay mucho premio en ser el mejor equipo después de 17 fechas, más allá de cerrar las series en condición de local.
“Cuando te daba ventaja ser el primero, pues ahí había un premio, pero ahora no. Nosotros vemos que el haber sido líderes nos ayuda a sumar puntos para alejarnos de la porcentual, que era uno de los compromisos que asumimos cuando llegamos a este equipo. En un año rebasamos la suma que nos pusimos como objetivo, y el torneo que entra estaremos muy lejos de esos problemas”.
Así que la maldición “no nos pesa. Hoy estamos muy contentos con el torneo que hicimos y queremos alargar esa buena racha en la Liguilla, lo demás es presión que ponen los medios, pero no nos importa”, menciona.
A partir de la fecha 11, parecía que Tijuana entraba a un tobogán al no ganar tres juegos en fila, lo que se combinó con la sanción de Miguel Herrera de cinco juegos de suspensión por parte de la Comisión Disciplinaria de la FMF.
“Cuando todo el mundo pensaba que nos íbamos a caer, no perdimos, sólo empatamos, despues vino el cierre con tres juegos ganados y una sola derrota. Conseguimos el objetivo, clasificamos y somos líderes. Los mejores, pero falta demostrarlo en la cancha”.
Ahora a lo que sigue, a concentrarse en la Liguilla y dejar fuera viejos vicios, como los constantes problemas con los silbantes que le costaron bastante a Miguel Herrera.
“Mi suspensión me molestó mucho [cinco juegos], pero sólo me queda aguantar y seguir, tratar de ya no decir nada a nadie. La única verdad que hay es que se mide diferente a la hora de sancionar, pero ya... qué le vamos a hacer, así es esto”.
Lo único que ve por delante es al rival, al Morelia, al equipo que estuvo a punto de perder la categoría hace unos cuantos días. “Han hecho un gran año, no sólo por salvarse, sino por clasificar. Va a ser una serie difícil, porque a pesar de todo, han jugado muy bien”, asegura el “Piojo”, un Miguel Herrera valiente, arrojado, que no cree en maldiciones, sólo en la redondez del balón.