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Si para el Mundial Sub-20 de Corea del Sur hay posibilidades de negociar con el fin de parar un conflicto armado, en la Copa Confederaciones de Rusia el peligro crece, ya que los actos terroristas que se han presentado en la ex Unión Soviética son más difíciles de controlar.
El 3 de abril, en San Petersburgo, una de las sedes del torneo en el que participará la Selección Mexicana, una explosión provocada por una bomba casera en el metro dejó 15 fallecidos y 64 heridos. El terrorista fue identificado como un joven de Uzbekistán. El terrorismo pesa sobre el país y más desde que está involucrado en el conflicto de Siria.
“Lo sucedido con la explosión del avión ruso [en 2015] y lo del metro de San Petersburgo son muestras fehacientes de lo que puede suceder”, opina Eduardo Rosales, analista en temas internacionales.
La Confederaciones, que inicia en junio, sería el marco ideal para uno de estos ataques, “porque mientras en Corea del Sur hay un ambiente de conflicto, en Rusia es distinto. Allí, el máximo problema sería un atentado terrorista y, reitero, es complicado identificar las acciones de los ‘Lobos solitarios’, quienes no deben tener contacto directo con el Estado Islámico o con un solo grupo terrorista. Si te metes a internet puedes ver que hay muchos individuos ligados al Islam radical o yihadistas y caen en la tentación en actos de esta naturaleza”.