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Después de un mes fuera de casa, las Águilas del América regresaron al Estadio Azteca para enfrentarse a los Rayados del Monterrey, equipo comandado por un viejo conocido del conjunto azulcrema, Antonio “Turco” Mohamed.

El nombre del director técnico argentino aún provoca sonrisas en la afición americanista. Hablar de él es hacerlo del hombre que llevó al América a lo más alto, a la estrella número 12. Que los amarillos actualmente sean el equipo más ganador en la época profesional del balompié mexicano tiene un “culpable” y ese es Mohamed.

Cruza la cancha, pensativo, sabedor que en ese césped consiguió su segundo título como estratega. Saluda a sus ex pupilos, hay armonía; llega a su lugar, coloca un rosario en la banca y a frotarse las manos. Arranca el partido. Antonio de inmediato se coloca al filo de su área técnica. Así vive los partidos.

La figura del estratega argentino transmite serenidad. Ricardo La Volpe llama jugadores, luce impaciente; el “Turco” parece estatua.

La salida de Mohamed del América se dio llena de contrastes. Aquella noche del 14 de diciembre de 2014, el hoy estratega del Monterrey se despedía con la copa en mano. “Aquí se las dejo”, declaró, todavía con llanto.

El “Turco” sabía su futuro, conocía a su reemplazo (Gustavo Matosas), sabía que su salida sería por la puerta de atrás; sin embargo, quería irse con una corona. Lo consiguió.

Ayer fue rival y no recibió algún aplauso o cántico por parte de la afición local, pero su nombre es parte de la historia americanista. Jesús Molina y Hugo González, campeones con América también en el Apertura 2014, acompañan al “Turco” en su andar norteño.

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