El estadio Hidalgo, sede de los Tuzos, no es sólo un recinto del futbol. Entre sus palcos se guarda historia, el recuerdo a los personajes que de una u otra forma hicieron grande a esta institución que —en estos momentos— es una de las más serias, estables y exitosas de México.
Desde hace más de 15 años, Jesús Martínez y su eterna mano derecha, Andrés Fassi, hoy enfocado en devolverle la grandeza al Talleres de Córdoba de Argentina, se han dado a la tarea de nombrar a sus palcos en honor a futbolistas o técnicos que han ayudado a su equipo a crecer.
El primero fue para Pablo Hernán Gómez, aquel habilidoso extremo argentino que hizo campeón a los Tuzos en el 99 y dos años después falleció en un accidente de automóvil.
También está Javier Aguirre, el “Vasco”, el director técnico que le dio el primer título a los Tuzos. Gabriel Caballero, Jaime Correa, Leobardo López, ex jugadores del club, hoy retirados o en otro equipo, también son recordados.
Pero la directiva tuza no se ha olvidado de los que han hecho grande al futbol mexicano, como Hugo Sánchez, máximo referente del país; Antonio Carbajal, la “Tota”, el primer ser humano en jugar cinco Copas del Mundo; Enrique Borja, uno de los primeros ídolos del futbol mexicano, y Aarón Padilla, mundialista en Inglaterra 66 que hizo famosa la “bicicleta”.
Y al final, pero no menos importante, en el lado sur, solo, alejado de los demás, se encuentra el nombre de Miguel Calero, el famoso “Cóndor”, portero colombiano que se hizo mexicano, tanto que prefirió volar desde aquí al cielo antes que regresar a su país.
Pero del otro lado, del sector tigre, también hay quien los observa desde arriba, y no es cualquiera... El “Tigre Mayor”, Carlos Miloc, quien hace apenas dos meses se fue a dirigir al cielo a todos esos felinos regiomontanos que, como él, transpiraban pasión.