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Mamífero futbolístico capaz de detener balones... Y el tiempo. Sí, con 44 años de edad, es lógico que el retiro sea parte del panorama observado por Óscar Pérez, aunque existe una pequeña y dorada rendija que le permitiría alargar seis meses más su trayectoria profesional, la cual está muy cerca de cumplir 24 años.
Esta noche, el Pachuca recibirá a los Tigres en el encuentro definitivo de la serie por el título de la Liga de Campeones de la Concacaf. Si los Tuzos dan la vuelta olímpica, el eterno “Conejo” podría dar marcha atrás a su idea de despedirse al término del Clausura 2017 y posponerlo para final de año, después de que su actual conjunto dispute el Mundial de Clubes.
Diego Alonso, director técnico de los hidalguenses, podría emplear a Alfonso Blanco, mas el resultado es lo que definiría el futuro del legendario meta.
Ilusión que alargaría esa odisea iniciada el 21 de agosto de 1993 —cuando relevó a Alberto Guadarrama— bajo los tres postes del Cruz Azul, en un choque con el Atlas.
“Sería fabuloso para él, para su carrera deportiva, que le tocara ir a un Mundial de Clubes. Se lo merece, por la trayectoria que tiene dentro del futbol”, afirma Alberto Aguilar, entrenador de porteros en la Selección Nacional durante las Copas del Mundo Corea del Sur-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. En la primera y tercera, Pérez fue el guardián del arco tricolor.
“Lo merece por su profesionalismo, el gran portero que es, excelente compañero”, respalda Antonio “Tota” Carbajal, guardameta nacional en Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966. “Además, los récords son para igualarse y superarse”.
Filosofía que el “Conejo” ha hecho suya durante su andar por los lienzos verdes. Pese a sólo tener 172 centímetros de estatura, el capitalino ingresó a la élite de los porteros mexicanos gracias a la potencia física y el resorte que le valieron el sobrenombre que le dio aún más fama.
Aguilar reconoce que Óscar sale “del prototipo del arquero alto, pero él lo suplió no sólo con condiciones físicas... El punto medular ha sido el aspecto mental, emocional, anímico. Si un deportista no tiene bien definida la cuestión mental y emocional, es más difícil que pueda llegar a hacer una carrera, y esto es para cualquier ámbito de la vida”.
Cualidad que ha reforzado con la sabiduría obtenida durante esta aventura en la portería.
“Tú lo ves y sus reacciones continúan siendo buenas, como hace 10 años. Además, antes él iba a las pelotas y ahora los balones van hacia él”, sentencia el especialista. “Cualquier portero que ya tenga varios años no debe volar tanto, porque gana ubicación, el sentido del tiempo y el espacio, así como la distancia. Se tira cuando es necesario”.
Lo que suele hacer este mamífero futbolístico que anhela prolongar un poco más su carrera. Todo depende de que el Pachuca triunfe en una eliminatoria que, por ahora, está empatada a un gol y ofrece boleto a Emiratos Árabes Unidos.