No venía siendo su mejor temporada, su promedio de gol era el más bajo de los últimos años y las dudas comenzaban a aparecer en la prensa, pero en el momento decisivo del curso, en una serie entre dos gigantes del futbol europeo, Cristiano Ronaldo volvió a mostrar su mejor versión.

Cinco goles del delantero portugués resolvieron la dramática serie que el Real Madrid terminó de ganar ante el Bayern Munich, en la prórroga, para alcanzar por séptima vez consecutiva las semifinales de la Liga de Campeones, todo un récord en la competición.

Dos anotaciones la semana pasada en Alemania, para el triunfo por 2-1, y tres más ayer en el estadio Santiago Bernabéu, para la victoria (4-2). Un global de 6-3, con cinco tantos del artillero lusitano. Nunca un jugador había metido cinco goles en una eliminatoria de cuartos de final en la Champions. Y cinco tantos nada menos que al gigantesco Manuel Neuer, tal vez el mejor arquero del mundo.

La cálida tarde-noche en la capital española volvió a mostrar la versión más letal de CR7, tal como había ocurrido en Munich. Ocho tiros, cinco a puerta y tres goles, para liquidar a un Bayern que plantó batalla y durante varios momentos hizo correr un sudor frío en la espalda de los aficionados madridistas.

Fue un auténtico duelo de pesos completos. Golpe a golpe desde el inicio, hasta que el Bayern no pudo más. Es que el Madrid ratificó que tiene la pegada más fuerte, la de Cristiano Ronaldo.

Primero con un cabezazo certero tras un centro de Casemiro, que parecía dejar la serie en casa a 15 minutos del final. El insólito gol en contra de Sergio Ramos le obligó a trabajar extra, pero dos tantos más en la prórroga sentenciaron.

El primero se dio en claro fuera de juego, pero eso no le impidió festejar, señalándose el escudo del Real Madrid, tras recibir algunos extraños silbidos en el arranque.

Con un Bayern ya entregado, Cristiano completó su hat trick tras una excepcional jugada de Marcelo, quien lo dejó con el arco libre. El astro portugués cerró así una noche mágica, como la que tuvo también el año pasado en la revancha de cuartos de final ante el Wolsburgo, otro equipo alemán, aunque de mucha menor entidad que el Bayern.

Como había adelantado la semana pasada en Munich, CR7 demostró que está listo para ofrecer su mejor versión en el tramo decisivo de la temporada. Después de varios años en los que llegó al cierre del curso al límite físicamente, el hombre más importante de los Merengues decidió hacer esta campaña un “cambio radical”, como él mismo dijo, para llegar en perfecto estado al sprint final.

Aceptó sin quejas la rotación del entrenador Zinedine Zidane. De hecho, no jugó el fin de semana pasado ante el Sporting Gijón, y vio menos minutos que de costumbre en los últimos meses.

Pero esos minutos cuentan oro, como demostró ante el Bayern. Y estando bien físicamente, lleno de confianza, difícilmente hay rival que pueda detenerlo.

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