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Hace 69 años, en la colonia el Reloj, nació Enrique Everardo Meza Enríquez, para los amigos, sólo para los amigos, el “Ojitos”.

Y 69 años después, con más de 50 en el futbol, el profe continúa en la lucha, en la brega, con ganas de seguir en lo que más ama, en lo que ha amado desde que era un niño que vivía para jugar y que ahora “vive del juego”.

Son 69 años ya... y los que faltan.

“Sigo con ganas de trabajar. Me gusta mucho mi trabajo. Ahora que muy apto para muchas cosas, no soy, pero ya tengo más de 50 años en el futbol, voy a cumplir 51 el 3 de mayo, eso es toda una vida”, rememora Meza.

Un día alguien lo vio jugando y se lo llevó a Jasso, Hidalgo, hoy Ciudad Cooperativa Cruz Azul, y su vida cambió, pues aunque no jugó mucho, formó parte de un equipo de época, de una institución grande.

Meza ha estado presente en siete de los ocho títulos que tiene ganados Cruz Azul en la Primera División.

“Tuve una infancia muy feliz, con mis padres y mis hermanos, siempre con el balón como compañero y después me hice una carrera en el futbol. No fui un gran jugador, muchos dirán que no jugué mucho, peor aprendí de los grandes compañeros que tuve y he tenido, de grandes técnicos, de grandes maestros. Hoy puedo decir que soy un bendecido del futbol”.

Como jugador, Meza estuvo muchos años en Cruz Azul, donde inició su carrera. Era portero, siempre atrás del gran “Supermán” Miguel Marín, pero también al lado de grandes maestros en la dirección técnica, como Raúl Cárdenas e Ignacio Trelles.

Abrazó la carrera de director técnico, y aunque nadie creía en él, “así ha sido toda mi vida”, demostró con hechos que sabía, y se convirtió en sabio. Cuatro títulos de Liga, Selección Nacional y una filosofía de vida que ha llevado a la cancha y hoy, a sus 69 años, se ha ganado el respeto que quizá algunos no le daban como jugador.

“Son muchos años, también en el futbol. Toda una vida, y aunque muchos no lo quieran, aún tengo ganas de volver a trabajar. ¿Qué va a pasar? No lo sé. Estoy muy bien, fuerte, con ganas, con deseos, pero... ¿qué va a pasar? Sólo Dios dirá”.

La pregunta es: ¿qué le falta por hacer a Enrique Meza? ¿Quizá dirigir en el exterior?

“No, ya no. Alguna vez tuve ofrecimientos para ir a la selección de Costa Rica, varias veces, pero siempre me llamaron cuando yo tenía trabajo y se me hacía muy feo de mi parte dejar a un equipo de futbol para dirigir a una selección nacional. El señor [Eduardo] Lee [ex presidente de la Federación tica] me llamó varias veces, pero yo soy incapaz de dejar una cosa para ir por otra”.

Muchos hablan de que el éxito de Enrique Meza como técnico es hacerse amigo de los jugadores, consentirlos, pero no, esa no es la clave. Para el técnico, lo que se debe hacer en un equipo es impartir justicia.

“A los jugadores hay que decirles cuando hacen las cosas bien, pero también cuando hacen las cosas mal, y eso no les gusta”, comenta.

“Aparte del conocimiento que se tenga del juego, también hay que tener conocimiento de la vida... Con cuántos jugadores he trabajado, no lo sé, pero si ellos te tienen la confianza suficiente, tú puedes hacer algo para apoyarlos y orientarlos en muchos aspectos”.

Pero hay algunos que no se dejan, que no quieren aprender en la cancha y fuera de ella, y es ahí cuando el profe Meza echa mano de la experiencia.

Siempre defendiendo una forma de jugar, una filosofía, la de tratar el balón con respeto y siempre como arma, tanto en ataque como en defensa. “Dilaté mucho tiempo en tomar esa filosofía... No es una fórmula que se me ocurrió de repente”.

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