Rusia cada vez se ve más cerca. La Selección Nacional Mexicana se encaramó en el liderato del hexagonal final de la Concacaf al derrotar 0-1 a Trinidad y Tobago, con gol marcado por Diego Reyes.
Triunfo simple, pero contundente; triunfo que deja un buen sabor de boca, pero no lo suficiente como para deleitarse; triunfo que vale los tres puntos y moralmente mucho más, ya que el golpe de autoridad en la zona de Concacaf está más que refrendado, porque con el paso que se lleva se olvida ya lo que sucedió en la eliminatoria pasada, en donde los sufrimientos eran constantes y las alegrías pocas. Hoy, con Juan Carlos Osorio, el equipo mexicano sigue invicto y hace lo justo para ganar, olvidándose de formas espectaculares, concentrándose sólo en lo preciso.
Diez puntos ponen al Tricolor en lo más alto del grupo, pero con seis juegos por delante aún, levantar la mano de forma triunfante sería volver a las viejas prácticas de soberbia. Sus dos siguientes juegos, ante Honduras y Estados Unidos en casa, aún no se sabe si serán en el Azteca, por aquello del castigo que pende sobre la cabeza del Tri, serán más que claves para, ahora sí, aferrarse a la clasificación a Rusia. Si se sigue con este paso, México llegará a la Confederaciones ya sin la pesada losa que significa dejar en pendiente los juegos mundialistas.
Sobre una cancha de cricket en malas condiciones, pesada, jugadores fuertes, veloces y muy altos, Osorio eligió mandar a un equipo que privilegiara el control de balón de media cancha al frente, y férrea marca aérea en la defensa.
Después de los primeros minutos de agobio, que casi siempre son a favor de los locales, el Tri comenzó a bajar las revoluciones del juego, intentando echar la pelota al piso y con base en combinaciones generar peligro a la portería rival.
No le resultó. Trinidad, más acostumbrada a su terreno de juego, robó la pelota en la salida tricolor e hizo transiciones en velocidad por el sector derecho, el de Carlos Salcedo, habilitado como lateral. Por ahí, a los 31’, entró el volante trinitario Joevin Jones y con un riflazo venció a Alfredo Talavera. Fue gol, un gol que debió contar, pero que fue anulado por fuera de lugar inexistente.
México aprendió de sus errores y comenzó a asegurar mucho más la pelota, a pesar de que la media cancha no caminaba con un Miguel Layún incómodo y un Héctor Herrera instracendente. Sólo Javier Hernández, con su ímpetu, era quien trataba de enderezar el camino.
Fue hasta el segundo tiempo cuando el Tri despertó. Con una Trinidad más abierta por su necesidad de puntos, Herrera agarró el balón, mandándolo al poste con un disparo fuera del área y enseguida Layún se soltó el pelo también intentándolo desde lejos alertando el peligro.
Sólo había una forma de romper el cero y era por aire. Vino un tiro de esquina en donde Jesús Molina hizo de poste para que Reyes, con un excelente movimiento de desmarque cabeceara y así anotara.
Gol que vino a componer la mala tarde del jugador del Espanyol de Barcelona, ya que como enganche sufrió más que aportar.
Trinidad quiso responder al gol en contra y lo que se encontró fue a un equipo mexicano bien parado, con un Carlos Vela que entró a dar servicios de calidad no bien aprovechados por el “Chicharito”, quien perdió la oportunidad de romper el empate con Jared Borgetti en la marca de goles con el Tri. Así, México es más líder que nunca en Concacaf. Invicto y con buen paso, paso que lo acerca cada vez más al Mundial.