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Durante mucho tiempo, mucho, el Estadio Azteca fue un búnker para la Selección Nacional Mexicana; equipo que llegara a enfrentarse en contra del Tricolor en el llamado “Coloso de Santa Úrsula”, era difícil que venciera por la presión de la localía y sobre todo por la altura de la Ciudad de México, 2 mil 250 metros sobre el nivel del mar que siempre jugaba a favor del cuadro local.

Mas ese mito, esa ventaja ya se acabó. Ahora que el Tri vive su mejor momento en cuanto a jugadores que militan en Europa, la altura juega en su contra, esa ventaja para México se ha terminado. Por eso, el equipo nacional se fue a Cuernavaca, Morelos, para que los “europeos” no resintieran estos efectos.

Daniel Ipata, preparador físico de la Selección Nacional Mexicana en el Mundial de Corea y Japón 2002 y de amplia carrera en el futbol mexicano, está de acuerdo con la estrategia que ha implementado el cuerpo técnico encabezado por Juan Carlos Osorio, que tiene como especialista en el tema físico a Jorge Ríos, y admite que “esa ventaja que se tenía, ya se acabó, pero esto no sólo pasa en México, sino en todo el mundo ha dejado de ser una ventaja (la altura). Todo esto tiene una explicación muy lógica, la preparación del futbolista es ahora mucho más completa que antes, todos los jugadores prácticamente son unos atletas preparados para jugar en cualquier lugar del mundo, en cualquier clima, a cualquier hora y cualquier altitud, además de que la estrategia de llegar a la sede apenas unas horas antes del juego es lo ideal para que los efectos de ésta no pesen”.

La pregunta es: ¿este plan trazado por la Selección Mexicana, servirá contra Costa Rica?

Para Ipata es una incógnita:

“San José no está a nivel del mar (mil 172 metros), y ellos también tienen a muchos jugadores en Europa (10 en total). Soy amigo del preparador físico de Costa Rica (Érick Sánchez) y es muy estudioso, seguro que preparó un buen plan. Los ticos vendrán el jueves por la noche (tienen planeado arribar a México a las 18:00 horas) y la teoría moderna manda que cuando más cerca llegues de la hora del partido, es mucho mejor para tu organismo”.

Esta estrategia, no es exclusiva de la zona de la Concacaf. “Igual lo hacen los sudamericanos cuando van a La Paz, Bolivia o Quito, Ecuador, equipos que vienen del nivel del mar, llegan lo más pegado posible a las sedes para tratar de no sentirse mal a la hora del juego”.

Rumbo a la Copa del Mundo de 2002, Ipata armó una estrategia, “algo parecida, pero no igual, no podía ser así, porque en ese tiempo, sólo eran cuatro jugadores los que estaban fuera: Rafa Márquez (Barcelona), Cuauhtémoc Blanco (Valladolid) Gerardo Torrado (Sevilla) y Francisco Palencia (Espanyol), pero dio resultado, siempre que se planea con tiempo”, setencia.

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