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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Casi cuatro meses después, Francisco Jémez por fin dirige los entrenamientos de un equipo que presume dos victorias consecutivas, aunque eso no significa que el ambiente sea de alegría desbordada.
Los integrantes del Cruz Azul aún saborean haber vencido a los Jaguares de Chiapas (2-0), en la hoy llamada Liga MX, y al León (1-0), por los octavos de final en la Copa, mas afirman que esos éxitos sólo son el resultado del adecuado desempeño sobre el campo que —desde su perspectiva— han tenido durante casi todo el semestre.
Es por eso que lo toman con cierta tranquilidad. Jamás dudaron que el futbol saldaría la deuda que tenía con ellos.
“Todo cae por su propio peso”, sentencia el atacante uruguayo Martín Cauteruccio, en charla con EL UNIVERSAL. “Cuando intentas no bajar los brazos y seguir por la misma senda, convencido de lo que estás haciendo, las victorias llegan y se ve muy bien”.
El siguiente paso es mantener el ritmo y catapultarse a la zona de Liguilla, en cuanto se resuelvan las polémicas arbitrales y el Clausura 2017 sea reanudado.
La negativa de los silbantes para dirigir los encuentros, a causa de no estar de acuerdo con los castigos impuestos por la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Futbol, ha detenido el ritmo del conjunto celeste.
Los Cementeros vienen en ascenso, en cuanto a resultados, y los Diablos Rojos acumulan dos caídas ligueras, así como la reciente eliminación copera contra el Morelia, panorama que “Caute” anhelaba prolongar este domingo.
“Así vamos... Con esa mentalidad positiva, sabiendo que —obviamente— es difícil, pero no imposible ganarles y tratando de trabajar cada detalle para que no se nos escape algo”, sentencia el charrúa, siempre y cuando puedan reaparecer sobre los terrenos de juego.
El club entrena con normalidad, a la espera de que se dé alguna información oficial con lo que sucederá en el torneo.
A final de cuentas, han hecho lo más difícil: lograr esos triunfos que tanto buscaban.