El hombre contratado para llevar al PSG a la gloria en la Liga de Campeones produjo el resultado más humillante posible.
El PSG se convirtió en el primer equipo en desperdiciar una ventaja de 4-0 en el primer partido de una serie de la Liga de Campeones, al ser derrotado por el Barcelona por 6-1 en el segundo encuentro. El penoso resultado se hizo más doloroso debido a la aparatosa manera en que el PSG cedió tres goles al final.
En las cuatro temporadas previas, el PSG había llegado a los cuartos de final. Eso no fue suficiente para los propietarios del equipo, QSI, que despidieron al entrenador Laurent Blanc —a pesar de que Blanc ganó campeonatos nacionales consecutivos— y lo reemplazaron con Unai Emery.
“Lo teníamos todo en la mano y les cedimos el partido”, dijo el lateral derecho del PSG, Thomas Meunier. “Cometimos una enorme cantidad de errores”.
La prensa francesa despotricó el rendimiento del equipo.
“Un desastre histórico”, tituló el diario deportivo L’Equipe en internet, con una foto del mediocampista Marco Verratti tirado boca arriba en la cancha, cubriéndose el rostro con las manos.
Cuando los jugadores regresaron a Francia, una multitud de enojados fanáticos los recibió en el aeropuerto.