Es común que Hirving Lozano reciba entradas excesivamente fuertes en partidos y entrenamientos, a veces hasta patadas. Algunos aseguran que “Chucky” es un provocador, que se burla de sus contrincantes gracias a su habilidad para esconder el balón. Pero en la práctica con la Selección en Houston pudimos darnos cuenta de que no es mal intencionado, lo que pasa es que la única forma de pararlo es utilizando la rudeza. Con sus compañeros del Tri, Lozano era el que sufría más llegadas con fuerza, aunque mesuradas, de sus colegas. Sucede que siempre llega antes al balón y arranca sin que el defensa pueda alcanzarlo. Esta noche tendrá oportunidad de lucir su magia para hacer chiquita la esférica ante rivales que sufren con caracoleos, como suelen ser los islandeses.
Gallardo, bajo la lupa de Osorio
Juan Carlos Osorio es un tipo al que le gusta su trabajo, un apasionado, en los entrenamientos de la Selección se nota su escrutinio, pero nunca antes se le vio tan interesado en un jugador como con Jesús Gallardo. El extremo de los Pumas acapara la atención del colombiano en los entrenamientos que se han tenido en Las Vegas, para bien y para mal. Osorio le pide al joven tabasqueño que encare, que vaya a línea de fondo, que sea más atrevido, así como es en los Pumas. Bueno, se comprende, porque de auriazul a verde hay diferencia, la presión es máxima en el Tri porque muchos quieren su lugar. Aunque el joven jugador de 22 años lleva cinco partidos como titular y hasta un gol con los del Pedregal, en el Tri todavía no demuestra nada y este 2017 es un año clave.
¿Quién suplirá a Pietrasanta?
La salida de Jorge Pietrasanta a ESPN dejó un hueco en las narraciones de Televisa en cuanto a los partidos de la Selección Mexicana. Francisco Javier González está confirmado para relatar el segundo tiempo del choque de esta noche contra Islandia, pero ¿quién lo acompañará? es un misterio. Todo parece indicar que el multicriticado Raoul “Pollo” Ortiz reaparecerá esta noche, aunque la televisora no ha dado su brazo a torcer y el relevo se mantiene como un secreto. Quien sea que vaya en su lugar deberá llegar con su libreta llena de “Pietradatos” para que se note lo menos posible la ausencia del narrador, que le gustaba a mucha gente por sus atinados comentarios y don para la amenidad.
