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hector.morales@eluniversal.com.mx
La forma inverosímil en que La Máquina Cementera ha perdido títulos y partidos, que parecían ganados, dio pie a que la afición inventara el verbo “cruzazulear”.
Expresión que crearon los hablantes a partir de los constantes fracasos del club celeste, pese a tener las circunstancias claramente a su favor. El símbolo de ese epónimo (dicho de una persona o de una cosa: que tiene un nombre con el que se pasa a denominar un pueblo, una ciudad, una enfermedad) es aquella serie final ante el América del Torneo Clausura 2013.
Cruz Azul tuvo el 2-0 global a su favor con un jugador más en la cancha del Estadio Azteca. Ventaja que perdió en el minuto 92, para después caer en penaltis.
No ha sido el único caso. También perdió agónicamente el pase al Mundial de Clubes ante Pachuca en 2010, y el torneo pasado, ante los mismos azulcremas tropezó como local 4-3, pese a ir ganando el partido por tres anotaciones.
“Los habitantes suelen acuñar palabras o verbos a partir de una característica distintiva de una persona o algún grupo en particular. A estas palabras se les llama epónimos. De esta naturaleza son: ‘cantinflear’ (por el modo típico de hablar de Cantinflas) y ‘carrancear’ [robar por los constantes saqueos que hacían los carrancistas en la época de la Revolución Mexicana]”, describe Arturo Ortega Morán, escritor e investigador en temas lingüísticos.
“Siendo el futbol un ambiente masivo y con redes sociales, se explica que rápidamente se haya difundido en la gente”, abunda.
La sociedad mexicana ya observa al club con una estrecha ligadura al fracaso, por eso la rápida popularización de “cruzazulear”.
“Es como esperanza fallida, como objetivo no logrado. El refranero popular toma mucho de los acontecimientos colectivos que nos llaman la atención de ciertas prácticas sociales como lo es el futbol, y cuando se reiteran los fracasos, cuando vemos las frustraciones, porque vemos la meta muy cerca y no lo logramos, asociamos el nombre del equipo que vive en los actos fallidos como Cruz Azul, con esa sensación de derrota”, analiza el sociólogo, José Miguel Candia.
Agrega que, pese al desencanto que vive la afición celeste por las constantes derrotas de último minuto, es destacable la fidelidad de esa castigada parcialidad que tiene casi dos décadas sin ver un título de liga de La Máquina.
“Hay desencanto. No lo podemos negar. Yo he estado en el estadio y es evidente cómo salen con una derrota, cuando el equipo ha sido reforzado con contrataciones, cuando hay dedicación fuerte, con técnicos extranjeros como Paco Jémez, es evidente que hay frustración”, manifiesta Candia.
Pero indica que: “hay que resaltar cómo conviven los sentimientos de tristeza y frustración de su fanaticada y el enorme corazón de sus hinchas para seguir alentándolo”.
Esta noche, los Cementeros enfrentan al América, el que le dio en 2013 “el broche de oro a todos sus fracasos”— como señala el sociólogo— y provocó que las derrotas inverosímiles e increíbles en cualquier deporte sean denominadas como “cruzazuleadas”.
A “Billy” le incomoda El presidente de La Máquina, Guillermo Álvarez, ha manifestado a lo largo del tiempo su incomodidad acerca del verbo “cruzazulear” por considerlo como “peyorativo”. Dijo en entrevistas anteriores que “no cualquiera llega a las finales”.