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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Y 46 días, mes y medio, nueve partidos después, el Cruz Azul volvió a ganar.
Lejos ya se veía aquel 7 de enero cuando el equipo dirigido por Paco Jémez debutó con una victoria sobre Necaxa. Ahora, ante un rival sin alma, ante un Querétaro que vino de noche, ganó por un contundente marcador de 3-0 y por lo menos llegará con un triunfo en sus alforjas al Clásico Joven contra el América.
Ya no tan peor. La victoria no hace que la crisis negada por el técnico ibérico se olvide, el rival no es parámetro, pero por lo menos quita un poco del exceso de peso que carga este equipo lleno de elogios inmerecidos, y malos resultados bien ganados.
Es un triunfo que rompe rachas, como la de Jorge Benítez, pero que no alivia el andar en la Copa. Cruz Azul termina su participación en fase de grupos como segundo lugar de su sector con cinco puntos, lo que no le asegura su pase a las finales, ya que depende de muchos, demasiados resultados para quedar entre los mejores 16 del certamen copero.
Pero ya ganó.
Urgido de un triunfo, Jémez mandó a la cancha a un cuadro veterano, una combinación entre titulares de Liga y de Copa, que aunque tardó, finalmente le dio resultados, siempre con base en su estilo de apretar la salida, reducir espacios y arriesgar mucho en defensa.
En lo que innovó fue que jugó de entrada con Martín Cauteruccio y Jorge Benítez al frente, lo que le dio más opciones de gol, sin que esto fuera la panacea para garantizar la esperada victoria.
La realidad es que Cruz Azul mejoró, pero no lo suficiente para asegurar un triunfo ante América.
Pero por algo se comienza.
Los goles. El “Gato” Silva, que tuvo su mejor partido como cementero, robó en campo de Gallos y rápidamente pasó a Ángel Mena, quien luego de humillar con un recorte a Hiram Mier, cruzó su disparo para abrir el marcador y provocar el alarido en las tribunas.
Después de obtener la ventaja, Cruz Azul comenzó a sufrir su mal de altura, se comenzó a poner nervioso y a dejarse llegar por un Querétaro que llegó al Azul con unas ganas desesperadas de que antes de comenzar el juego, éste se terminara. Aún así, Sanvezzo sacó un potente disparo de fuera del área que hizo que Guillermo Allison se empleara a fondo.
Fuera del plan de Francisco Jémez, La Máquina Celeste comenzó a jugar al contragolpe, lo que provocó que el español gritara como desesperado en busca de regresar a sus conceptos básicos, pero la necedad del conjunto venció al grito del técnico y de un largo servicio a Cauteruccio nació el gol de la redención de Jorge Benítez, quien volvió a festejar un tanto desde noviembre pasado. El paraguayo acumuló entre Liga y Copa, 12 juegos sin marcar. Más que merecido fue el festejo.
Ya con el segundo gol en la bolsa, La Máquina aflojó el paso pensando en la estación a la que llegará el sábado (Estadio Azteca, para visitar al América ), estado inanimado que le duró hasta ya bien entrado el segundo tiempo.
Jimmy Lozano mandó a sus huestes a buscar la remontada, lo que por momentos pareció posible por la pasividad cementera, pero así como llegó la euforia a los Gallos Blancos, igual se fue apagando, y más cuando en otra mala salida, Benítez anotó su segundo de la noche, el tercero azul.
Se buscó el cuarto, pero no llegó por la desesperación cementera de lavar sus frustraciones con prisas, como la de Rosario Cota, quien además de ser repudiado en redes sociales por aventar en forma despectiva una playera a un aficionado, se ganó más abucheos al irse expulsado tras haber entrado de cambio.
Y 46 días después, Cruz Azul volvió a ganar. Llegará al Clásico contra América con victoria, para demostrar que esto no fue sólo un espejismo, que el repunte es real.