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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Recibir a un club que también se ubica fuera de la zona de Liguilla y con sólo un punto logrado en calidad de visitante, luce como la ocasión perfecta para que el Cruz Azul fulmine la racha de ocho encuentros sin ganar, entre Liga y Copa (cinco empates y tres derrotas). El problema es que, recientemente, no la pasa bien contra el Atlas.
Esta tarde, los dirigidos por el español Francisco Jémez serán anfitriones de los Rojinegros. La necesidad de triunfo es mucha, ya que no lo hacen desde el sábado 7 de enero (1-0 sobre el Necaxa) y la posibilidad de clasificar a la Liguilla —por primera vez en tres años— cada vez se hace menor.
Los tapatíos llegarán a la antigua Ciudad de los Deportes con una cadena de 12 presentaciones sin éxito fuera de casa (cuatro igualadas y ocho reveses). La más reciente ocasión que se adjudicaron todo el botín en un estadio diferente al Jalisco fue el 30 de abril de 2016, cuando se impusieron a los Jaguares de Chiapas (3-0), con doblete de Jefferson Duque y un tanto más del lateral derecho Antonio Madueña.
Racha que ilusiona al lastimado pueblo celeste... Hasta que se revisan los antecedentes frente al plantel actualmente dirigido por José Guadalupe Cruz.
Pese a que, durante los más recientes años, la prioridad del Atlas es evitar el descenso, se las ha ingeniado para causarle jaquecas a La Máquina. De los últimos 10 enfrentamientos ligueros entre ambos, los Zorros ganaron tres, a cambio de cuatro igualadas y tres caídas. Paridad total.
De hecho, suman cuatro visitas consecutivas al estadio Azul sin perder (par de éxitos y dos empates). No sucumben en el hogar cementero desde el 30 de julio de 2011 (2-1), gracias a los festejos del zaguero Adrián Cortés y el delantero argentino Emanuel Villa. De quienes jugaron aquella tarde, sólo el defensa central Julio César Domínguez permanece en la institución azul.
Historia que la actual Máquina necesita repetir para salir del bache y volver a soñar con la “Fiesta Grande” del balompié nacional.
