El Paris Saint-Germain ofreció hoy una exhibición de dimensiones descomunales y goleó por 4-0 a un Barcelona fantasmal que quedó con un pie y medio fuera de la actual edición de la Liga de Campeones de fútbol.

Dos goles de Ángel Di María, uno de Julian Draxler y otro más de Edinson Cavani fueron el reflejo real de lo presenciado en París en la ida de los octavos de final de la máxima competición continental. Fue el mejor PSG ante el peor Barcelona, que se apresta a días de enormes críticas, antes de jugar la vuelta el 8 de marzo en su estadio.

"Apretaron mucho, estuvieron bien, tenían un plan y supieron interpretarlo. Esperábamos otra cosa. No nos queda nada más que corregir los errores. Tras lo sucedido es complicado que se confíe en nosotros. Será muy complicado, pero vamos a intentarlo", manifestó Sergio Busquets al finalizar el choque.

"El resultado refleja lo sucedido en el césped", dijo por su parte Luis Enrique, técnico del Barcelona.

Muy diferente fue la sensación del equipo parisino. "Es imposible ver una noche mejor. Hicimos el partido perfecto, lo que el entrenador pidió", dijo Di María.

Nadie que viera la primera parte pudo extrañarse de que el PSG llegara al descanso con ventaja 2-0. De hecho, pudo haber sido todavía peor para el Barcelona de no haber sido por el arquero alemán Marc-André Ter Stegen, salvador en varias intervenciones brillantes.

El técnico local, el español Unai Emery, superó a Luis Enrique sobre la pizarra. El resto correspondió al extraordinario despliegue de sus futbolistas. Jugadores como Di María, Marco Verratti, Draxler o Rabiot se aproximaron a su mejor versión. No se puede decir lo mismo de nadie del Barcelona.

El equipo azulgrana fue invisible, salvo cosas de Neymar y las paradas de Ter Stegen. Con un solo pase, el PSG fue capaz de saltar la línea del centro del campo y provocó las múltiples llegadas en aluvión.

El primer gol apenas tardó 19 minutos en llegar, gracias a un lanzamiento de falta ejecutado magistralmente por Di María. Y el segunto tanto fue obra de Draxler tras genial asistencia de Verratti en una jugada vertiginosa que nació de una pérdida de balón de Messi, tan desaparecido como todo su equipo.

Lo único que aportó el Barcelona en ataque durante los primeros 45 minutos fue un mano a mano de Andrés Gomes desperdiciado por el portugués, que sigue sin justificar la confianza que tiene en él su entrenador.

No fue mejor la segunda parte para el Barcelona. Al contrario. El PSG arrancó la nueva mitad como un huracán y sumó varias llegadas prometedoras ante un rival incapaz de revolverse contra su destino. Sin soluciones tácticas ni individuales.

Ante esta perspectiva, parecía más cerca el tercer gol del PSG que el primero del Barcelona y así ocurrió a los 55 minutos. El conjunto local llegó al área azulgrana tocando el balón ante la apatía rival y todo concluyó con un espectacular disparo de Di María a al ángulo derecho de Ter Stegen.

Faltaba el gol de Cavani y éste llegó a los 72 minutos, en otra jugada relativamente sencilla del PSG que resolvió el uruguayo con un violento disparo. Era lo justo porque el conjunto de Emery había mostrado la mejor versión ante un rival que no fue nada.

El único atisbo de reacción llegó a los 83 minutos con un remate de Samuel Umtiti que se estrelló en un palo. No hubo más por parte de un Barcelona que mostró una imagen ya exhibida en otros partidos de la temporada, aunque esta vez se encontró con un rival que sí supo cómo aniquilarlo.

Ahora el Barcelona queda pendiente de lo más parecido a un milagro para no caer en la primera eliminatoria de la Liga de Campeones. Sería una sorpresa enorme, aunque no tanto si se observa lo que ocurrió en París. Cuatro goles fue la probable distancia entre los dos equipos.

hgm

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