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Las piernas ya no responden, pero el corazón sí. El cuerpo dice que no, pero la pasión arroja por dar un paso más, un partido más.
La edad en el futbolista es uno de los peores enemigos que enfrenta. A los 33 años ya eres todo un veterano, y si llegas o pasar de los 40, eres todo un anciano para practicar lo que es la pasión de tu vida. A pesar de eso, hay quienes se resisten a irse, a decir adiós, al llamado retiro.
Para este Clausura 2017, Óscar “Conejo” Pérez, portero de los Tuzos del Pachuca, de 43 años edad, y Antonio Naelson “Sinha”, volante del Toluca de 40 y Rafa Márquez, defensa de Atlas de 37, entre otros, han decidido seguir en las canchas, no sólo por cariño a la profesión ni por “favor” de sus equipos, sino porque son piezas clave en el sistema de sus respectivos técnicos.
Las dos primeros amenazan con irse al terminar el Clausura 2017, pero quién sabe si lo cumplan, porque la soledad que se viene con el retiro de las canchas es algo que pocos pueden soportar.
“Es difícil decir adiós”, reconoce Efraín Herrera, el pundonoroso “Cuchillo”. lateral que brilló en América, Necaxa y Toluca en los 90 y se retiró a los 41 años de edad.
“Recuerdo que llevaba una semana de retirado cuando me habló el ‘Flaco’ (Alberto) Macías, quien fue compañero mío en Toluca y me dijo: ‘Cuchillo’, te hablo porque sé que estás sufriendo y por eso te voy a leer este pasaje del artículo ‘Un día después del retiro, de Jorge Valdano’... Es verdad, es duro, nadie está preparado mentalmente, ni psicológicamente, ni económicamente, ni tu misma familia para el retiro. Sigues teniendo gastos, quieres mantener el nivel de vida elevado, así que lo tienes que asimilar rápido, porque si no, puedes caer en malas cosas como algunos”.
Y sí, reconoce Herrera, “lo tienes que asimilar. Algunos caen en malas artes o alargan su adiós, yo no, yo decidí irme, a mí nadie me obligó a renunciar. Me di cuenta de que ya empezaba a dar ventajas en velocidad, reflejos, reacción, potencia y como recurso comienzas a golpear. Te vas a jugar al centro, ya no andas correteando güeyes en la banda, sino con base en la experiencia mides los tiempos y si te pasan pegas. Ya no era divertido, yo soy muy intenso en la cancha, hasta la fecha lo soy, así que decidí cerrar mi ciclo”.
En el Pachuca y Atlas, tanto el “Conejo” como Márquez son titulares indiscutibles, en tanto que en los Diablos Rojos “Sinha” ya sólo es utilizado en los últimos 30 minutos de juego.
“A mí todavía me querían dos equipos de Primera: Pumas y Atlante y varios de Primera A, pero les dije: no. Hoy te puedo decir que no me gustaría seguir jugando. Estoy en paz con el deporte... Me vacié, entregué todo, no me quedé con nada, y otros como el Alvin Mendoza a los 28 años; González Tahuilán, Alejandro Argüello, Reinaldo Navia se fueron a los 36... No dieron todo”.
Recuerda Efraín Herrera que en los últimos años de su vida como futbolista “Javier Aguirre me dijo: ‘ya vete, cabrón... La gente se va a acordar de ti como lo que eras: un chingón, en vez de estar dando patadas y ventajas, casi, casi talacheando, pidiendo chance para jugar...’. Me tardé, pero le hice caso, hoy estoy muy a gusto con lo que he hecho”.
A gusto, aunque no es sencillo. “La vida sigue y estoy vigente. Me llaman a muchos lados a dar charlas, hago presentaciones, me contratan para jugar partidos... Hoy ya no juego por placer, si no me pagan ni me levanto. Sí, vivo al día, todo mi dinero se lo llevaron mis hijos y mi mujer, pero estoy bien. Hay vida después del retiro, y lo bailado, nadie te lo quita”.