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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Al fin fue presentado el flamante 9 de Cruz Azul.
Es en el uruguayo de 29 años, en quien el equipo cementero, dirigido por el español Francisco Jémez, recaen las esperanzas para por fin levantar un título o por lo menos, garantizar que los goles lleguen.
Cauteruccio, a quien le gusta que le digan “Caute” llega con un perfil bajo, no prometiendo más que esfuerzo y desmarcándose del pasado cementero lleno de muchas expectativas y pocas satisfacciones.
Con sólo siete minutos para hablar con los medios de comunicación oficialmente, porque llegaba tarde a la sesión de videos, el charrúa se cuidó en no comprometerse, no irse de la boca y demostrar a lo que vino... En la cancha.
“Sé ha dónde he llegado”, dice de entrada sin vacilar, “pero me ilusiona mirar hacia el futuro, pienso que este campeonato es un punto de partida muy importante, no sólo para mí, sino para todo el equipo”.
Las preguntas van enfocadas hacia su conocimiento de la malaria que azota La Noria, pero está preparado para eso... no se compromete. “Lo ideal es mentalizarse en el presente, en tratar de estar arriba, esa es la misión….
Sin más, reniega de los 19 años sin título. “Lo que ya pasó, pasó, es pasado.. No cargo con el pasado”.
Promesas. La palabra “prometo” no sale ni por casualidad de la boca de Martín Cauteruccio.
No promete títulos. No promete una cantidad específica de goles. Ni siquiera ser titular indiscutible.
“Sólo dejar todo por la camiseta, desde los entrenamientos hasta los juegos. Eso es lo más importante, no dejar de sudar”.
Llegó el pasado sábado, justo para ver el primer juego de los azules, el que apenas ganaron 1-0 contra Necaxa. “Sí, lo vi, y me gustó el partido, todo lo que el equipo hizo en la cancha. Ganar en la primera jornada, siempre es importante para cualquiera, porque es mejor enderezar algunos detalles con un triunfo en las espaldas que con una derrota. Veo que este equipo sabe lo que quiere. Con el paso de las jornadas ya se verá para qué estamos... Hay que ir paso a paso, partido a partido y en un tiempo podremos decir para qué estamos”.
Salió un poco de la zona de confort cuando se definió como futbolista... “soy un jugador que no baja los brazos, que intenta ir siempre a todas, haya oportunidad o no y de aportar mi granito de arena. Trato de ayudar a todos en todo momento”.
Estar en Cruz Azul es un paso hacia adelante en su carrera.
“Quiero que vean lo mejor de mí. Tomo esta transferencia como un gran salto en mi carrera. Estaba pasando un buen momento en Argentina [con San Lorenzo], y venir acá, a un grande es bueno, eso es lo que le gusta a cualquier jugador, que un equipo de los importantes de otro país, se fije en ti”.
Cauteruccio portará el 7 en la espalda. El 9 por ahora está en manos de Joao Rojas.
Ese es Martín Cauteruccio, un delantero que por ahora, no promete goles, sólo entrega y eso sí, se desmarca del pasado cementero.
Quien no...
Buen estudiante. Una anécdota que marca la carrera del uruguayo ocurrió en 2013, cuando jugaba con San Lorenzo. En un duelo contra Rosario Central, apenas a los dos minutos de iniciado se rompió el ligamento de la rodilla derecha y paró por espacio de seis meses su carrera en las canchas.
En vez de lamentar su desgracia, todo el tiempo que tenía libre, Cauteruccio lo invirtió en estudiar, en acabar su educación secundaria.
“Me di cuenta que se me daban los números.... Eso de español, historia, para nada. Sacaba 10 en química y matemáticas, se me dio bien. Hoy el futbolista debe estar preparado para todo y ser ejemplo”, dijo al portal argentino goal.com.