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Para fulminar una sequía goleadora que se extendió a 768 minutos, la más prolongada desde que está en el balompié mexicano (Apertura 2015), el ariete André-Pierre Gignac sólo tuvo que volver a confiar en sí mismo, no sin antes creer ciegamente en alguien más.

Eso es lo que ha hecho el hipnotista John Milton con el depredador francés de los Tigres, quien reanudó el idilio con el gol justo cuando su equipo más lo necesitaba. Tuvo que dormir para despertar... Y el buen momento que vive puede extenderse el tiempo que él quiera, según explica el psicólogo deportivo Akira Esqueda.

“Milton es muy profesional y lo que debe estar trabajando es el aspecto de su rendimiento”, afirma —vía telefónica— el especialista, quien ha trabajado con varios clubes de la hoy llamada Liga MX y atletas a nivel internacional. “Cuando trabajas con una herramienta, como ‘coaching’, programación neurolingüística o hipnotismo, lo único que vas a trabajar es un aspecto claro de tu rendimiento, no todo completo. En este caso es meter goles”.

“No se va a trabajar para jugar mejor, que su vida sea más feliz, que su rendimiento sea de una superestrella... Se encuentra trabajando para meter goles. Si quieres utilizar esta herramienta ya en más de un aspecto, no va a funcionar”.

Todo está en el propio paciente, quien —mediante esta ayuda— recupera la fe en lo que hace.

Antes de marcarle un triplete a los Pumas hace justo una semana, el galo pasó 70 días sin subir su nombre a la marquesina. Confirmó su recuperación al hacer la anotación que dio a los Tigres la victoria (1-0) en la ida de la semifinal frente al León, serie que esta noche se cerrará en el estadio Universitario, encuentro en el que el aporte de Gignac puede volver a ser determinante.

“La hipnosis es un voto de confianza con tu terapeuta o hipnotista, porque todo se basa en qué tanto confío en ti para que me hagas creer, a través de esa hipnosis, que soy capaz de hacer cualquier cosa. Se trabaja sobre la sugestión”, comparte Esqueda. “Si Gignac no quisiera mejorar en cuanto a meter goles y no confiara al 100% en Milton, así éste fuera el mejor hipnotista del mundo, no lo podría hipnotizar”.

Aunque hay a quienes no agradan del todo los métodos de Milton. La especialista Teresa Robles, con maestría en antropología y doctorado en psicología clínica del Centro Ericksoniano de México, asegura que “en la hipnósis moderna, nadie se queda dormido. Las personas que ocasionan el sueño es para hacer show”. Eso sí, reconoce que “la mente y cuerpo de Gignac siempre han sabido meter goles; probablemente, pasó algo emocional en lo personal que —a lo mejor— guardó en su subconsciente y eso le estorbaba en su labor, lo cual se resolvió después de ver a John Milton”.

Los buenos resultados se mantendrán el tiempo que el francés desee, mas —según considera Esqueda— lo ideal siempre será acudir con un psicólogo deportivo, quien puede ofrecer otras herramientas.

“[Permanecerá] todo lo que André-Pierre Gignac quiera. La hipnosis es una herramienta sobre esa autoconfianza; cuando él vuelva a perder esa confianza en sí mismo, es la fecha de caducidad de esa hipnosis”, sentencia. “No sé cómo lo trabaje [Milton con el goleador], pero —sobre todo— la base de la hipnosis es la sugestión para trabajar su autoconfianza, que sea capaz de hacer cualquier cosa”.

“¿Cuál es la recomendación como psicólogo? Que siga con el hipnotismo hasta que ya no le dé. Cuando pase eso, que busque otra ayuda. Le va a seguir ayudando en la medida que Gignac confíe en Milton”.

Porque todo está basado en el poder de la mente.

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