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hector.morales@eluniversal.com.mx
Sin dinero ni continuidad, la gloria de ser campeón es inalcanzable en el futbol mexicano. Premisa que han seguido América y Tigres, que esta noche arrancan la serie por el título del Apertura 2016.
Millones de dólares invertidos para crear plantillas sólidas que han ido acompañadas de estabilidad en sus respectivas dirigencias. Tener el respaldo de empresas de la talla de Televisa en el caso de los capitalinos y de Cemex por los regiomontanos ha tenido sus ventajas para poder convertirse en protagonistas. Entre ambos finalistas, sus respectivas dirigencias han invertido prácticamente 120 millones de dólares.
Desde la llegada de Ricardo Peláez a la presidencia deportiva de las Águilas (2012), el desembolso que han hecho es de 50.49 mdd, según el portal Transfermarkt.co.uk.
La adquisición más onerosa en la etapa del actual dirigente azulcrema fue la de Carlos Darwin Quintero, que le representó una inversión de 9.4 millones de billetes verdes.
Gasto que ha repercutido en que los americanistas han gozado con la conquista de dos campeonatos de Liga [Clausura 2013 y Apertura 2014], además de un par de coronas de la llamada “Concachampions”.
Durante la gestión del ex delantero, América ha tenido cinco entrenadores, cuatro de éstos han dado algún título a los capitalinos [Miguel Herrera, Antonio Mohamed, Gustavo Matosas e Ignacio Ambriz]. Falta saber si La Volpe es capaz de coronarse como estratega emplumado.
Peláez, quien está por cumplir cinco años en su cargo como mandamás deportivo amarillo, reconoce que es importante el respaldo de Televisa, aunque sólo en materia de difusión de la franquicia, más allá del rubro financiero.
“La única ventaja que representa ser parte de una empresa de telecomunicaciones, es la amplia difusión que sus pantallas han dado a algunos de los encuentros históricos del equipo. Los encuentros del América son vistos por millones de aficionados, somos el equipo de futbol más seguido”, considera.
“Esa difusión, y el exitoso desempeño del equipo, permite que nuevas generaciones nos conozcan y crezca la afición del equipo. Pero ninguna difusión sustituye al desempeño del equipo en la cancha”, advierte Peláez.
El América presume ser el equipo más grande de la Liga MX. Razón por la que su dueño, Emilio Azcárraga, exige a tope cada torneo a los integrantes del equipo de Coapa.
“Del Sr. Azcárraga tenemos todo su respaldo y también su exigencia. Es un gran aficionado, el número 1. Está pendiente del desempeño del equipo y nos exige a todos dar nuestro máximo esfuerzo. Lograr los títulos de los torneos en los que participamos es la consigna”, dice el presidente americanista.
Tigres, con cartera abierta. En mayo de 2010, Cemex dio un golpe de timón en el conjunto de los Tigres: removió a Santiago Martínez para colocar a Alejandro Rodríguez en la presidencia del club.
Desde entonces, los felinos del norte han desembolsado 69.26 mdd en contrataciones. Ese gasto les ha dado un par de estrellas ligueras.
Los norteños cuentan con la nómina más cara del torneo mexicano (49.01 mdd), mientras que los azulcrema —sus rivales de esta serie por el trono de la Liga MX— son la cuarta más onerosa (40.06 mdd).
La continuidad ha sido el fuerte de los Tigres, pues desde el arribo del ingeniero Rodríguez, Ricardo Ferretti es su entrenador.
Como clave para los éxitos actuales de la escuadra universitaria, campeona apenas en el Apertura 2015, es haber volteado hacia el balompié europeo.
Su principal apuesta fue el fichaje del francés André-Pierre Gignac, quien militaba en el Olympique de Marsella de su país. De acuerdo con Transfermarkt.co.uk, la transferencia del atacante galo no le representó ningún dólar a los Tigres.
Otros jugadores que han llegado a los regios del viejo continente han sido Javier Aquino, mexicano proveniente del Villarreal español [5.17 mdd] y el atacante francés Andy Delort [8.3 mdd].
Jürgen Damm costó 9.2 mdd a los norteños, la transferencia más cara de la institución. Clara muestra de que Tigres, como América, buscan la gloria a billetazos, pero con estabilidad institucional.
