Ver al Kashima Antlers en la final del Mundial de Clubes resulta una sorpresa, misma que se ha gestado entre la contundencia, la solidez defensiva y la polémica.

El ocho veces campeón de la Liga Japonesa ha anotado siete goles y ha recibido uno en los tres partidos que ha disputado en la actual competición internacional.

Derrotó 2-1 al Auckland City; 2-0 al Mamelodi Sundowns de Sudáfrica en los cuartos de final y 3-0 al Atlético Nacional en semifinales.

Sin embargo, en el duelo de ayer en la madrugada, tiempo del centro de México, la polémica arbitral le benefició para esperar al ganador de América y Real Madrid.

El vigente campeón de la Liga japonesa dejó en el camino al vigente campeón de la Copa Libertadores de América, que representó a la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol).

Un encuentro de semifinales que tuvo polémica, ya que a la media hora de partido, el atacante del club colombiano, Orlando Berrío, cometió falta dentro del área sobre Daigo Nishi, situación de la que se percató el juez de video y con el uso de la tecnología señaló la falta.

Sin embargo, el árbitro central húngaro, Viktor Kassai, no se dio cuenta que en el momento de la acción, el jugador nipón estaba en fuera de lugar en primera instancia, por lo que la pena máxima no tendría que haberse marcado. Así se generó la primera controversia con el uso de la tecnología en este Mundial de Clubes.

El penalti fue ejecutado por Shoma Doi, al minuto 33, para que la escuadra anfitriona se fuera al frente contra un Atlético Nacional que trató de responder ante el ordenado Antlers.

“Antes, el árbitro asistente había aplicado correctamente la técnica de esperar hasta ver cómo terminaba la jugada con respecto de la posible posición de fuera de juego del jugador objeto de la infracción. El fuera de juego nunca se había producido porque el jugador no había estado nunca en disposición de disputarle el balón al rival“, justifica la FIFA.

“Por consiguiente, el árbitro húngaro señaló el punto de penalti tras visualizar la repetición y comprobar que Orlando Berrio, del Atlético, había derribado a Daigo Nishi en el interior del área“, apunta el organismo rector del balompié internacional.

El Kashima espera rival. Se presenta como la gran sorpresa, aunque también parte como víctima en la final, llegue quien llegue a la misma.

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