Como cada cuatro años, el Tricolor llegó a esta ciudad con la misión de ganar y se espera que esta vez, la historia de cada cuatro años no se repita.

La Selección Mexicana arribó a Columbus, una ciudad donde el frío aún no se hace tan presente. Alrededor de 15 grados de temperatura la recibieron, igual que unos 10 aficionados que se dejaron asomar por el hotel de concentración. Como siempre, los consentidos fueron Oribe Peralta y José de Jesús Corona, quedándose con las ganas de ver a los “europeos” Guillermo Ochoa y Javier Hernández, quienes arribaron el domingo por la tarde.

No hace frío, pero posiblemente lo hará, mas ese factor y el poco público mexicano que estará en el estadio Mapfre no serán pretexto para salir con el marcador a favor, a decir de Santiago Baños, director deportivo del Tricolor.

“El clima no tiene nada que ver. La mitad de los jugadores que están en Europa juegan bajo estas condiciones, así que no hay nada que temer, no hay pretexto alguno”, comentó, a su llegada al hotel de concentración.

La llegada del equipo mexicano estuvo un poco accidentada, ya que Rafael Márquez y Jürgen Damm tuvieron algunos problemas con su visado, lo que los hizo perderse el autobús del equipo.

El entrenamiento del equipo se retrasó una hora, por lo que a las 19:00 horas locales (18:00 hrs. de México), ya con la noche en pleno y la temperatura disminuyendo, Juan Carlos Osorio pudo entrenar por primera vez con el plantel.

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