La propuesta de asistir al estadio Azul vestidos de negro, apoyada por el ex goleador Carlos Hermosillo, pasó desapercibida.
La poca cantidad de asistentes al inmueble, para el encuentro con el campeón Pachuca, optó más por vestir los colores tradicionales de La Máquina.
El escenario no se prestó para el color oscuro, pues los resultados entregados por los Cementeros han ocasionado que las butacas queden vacías cada 15 días. El castigo de su pueblo no tiene que ver con vestirse de un color en específico. Simplemente, ha abandonado a un equipo que, recientemente, le genera muchas más tristezas que alegrías.
Quedará simplemente como una anécdota el llamado en redes sociales y por el histórico ex delantero de los Cementeros para que la afición alzara la voz, con el objetivo de crear conciencia en la directiva de la institución, para que realice un cambio.
La petición fue escuchada por varios seguidores; sin embargo, sólo algunos hicieron caso.
Los aficionados del Cruz Azul vivieron el encuentro con nerviosismo. Los de playera negra o azul no querían ver al conjunto de Joaquín Moreno cerrar un fracaso más. El problema es que parecía inevitable, tras un certamen en el que deambularon por la parte baja de la clasificación.
Más que exigir a los jugadores un mejor futbol, por momentos el silencio reinó en el encuentro entre Cementeros y Tuzos. El argentino, naturalizado mexicano, Christian Giménez fue el único en el campo capaz de prender a los poco más de 15 mil presentes en el hogar celeste.
Sin embargo, los pases fallados en el ataque se robaron el aliento de quienes viven hartos de las promesas hechas por la institución.
El futuro del Cruz Azul no pinta bien y es lo que más preocupa a sus aficionados. La desesperación ha causado que la gente deje de asistir al estadio con el entusiasmo de años atrás.
Por su parte, el Pachuca vive el otro lado de la moneda. La afición del campeón del futbol mexicano invadió las tribunas del Azul. Alrededor de 50 camiones trajeron a más de dos mil seguidores fieles de la escuadra hidalguense.
La porra de los Tuzos calló en varias ocasiones a los aficionados del Cruz Azul, a quienes dio lo mismo el color de la camiseta que portaron. Lo que les une es el dolor por ese conjunto al que aman.