El gran juego que dio Tiago Volpi contra el Guadalajara en la final de la Copa MX fue coronado con su actuación en la tanda de penaltis, donde su figura se agigantó.

El brasileño tiene un estilo agresivo y en los tiros desde los 11 pasos, su estrategia se basa en intimidar al rival, en no dejarlo concentrar en ningún momento.

Desde que el jugador se acerca, Volpi ya está encima de él, presionando desde que coloca el balón en la mancha de cal, hasta que el árbitro pita el inicio de lo que prácticamente es un “fusilamiento”.

“El portero es quien siempre lleva las de perder en los tiros de penalti, por eso yo hago lo que pueda, hasta donde me permitan para tratar de detenerlo”, comenta el cancerbero nacido hace 25 años en Blumenau, Santa Catarina, Brasil.

Volpi no es alguien que estudie a los tiradores que va a enfrentar, “simplemente trato de aprovechar todo lo que esté a mi favor antes del tiro, después de eso, los porteros siempre estamos en desventaje, así que tenemos que actuar como podamos, ya que no tenemos nada que perder”.

Estrenado como padre hace 15 días, Tiago Luis Volpi ha agrandado la leyenda de los porteros brasileños, “antes, nada más se hablaba de los delanteros o volantes de Brasil, pero creo que desde hace años ha surgido una gran camada de porteros y yo no quiero ser sólo uno más, que los equipos confíen en las capacidades que tenemos en mi país, y que nos den muchas más oportunidades”.

Volpi renovó por tres años más con Gallos, así que estará mucho tiempo con los queretanos, “esta ya es como mi casa”

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