No hay espectáculo, pero sí golpes contundentes en los Tigres. Sigilosos, sin explosiones ni grandes emociones, le quitaron el invicto como local a los líderes —aún— Xoloitzcuintles de Tijuana (0-1). Los regios, de paso, clasificaron a la Liguilla; se perfilan para terminar en la parte alta de la tabla de posiciones.

La definición de Lucas Zelarayán tuvo su dosis de maestría para darle el triunfo a su equipo. En un centro preciso de Damián Álvarez, el mediocampista argentino acomodó su cuerpo para empalmar el balón con una intención goleadora inequívoca y letal.

No tiró al bulto, ni hacia cualquier lugar, sino al único sitio en  que el esférico podía entrar: el poste izquierdo de Federico Vilar.

Corría el minuto 14. Tigres (30 pts.), feliz con la ventaja en el marcador, porque suele ser el terreno favorito para Ricardo Ferretti, estratega del conjunto norteño. Ahí, es durísimo sacarle una ventaja al gruñón técnico brasileño.

Tijuana (33 pts.) se mostró con la desesperación típica de una escuadra que se acostumbró en el Apertura 2016 a tener contra la pared a sus rivales en el estadio Caliente.

Los fronterizos se fueron hacia el frente con el ímpetu natural que genera la desventaja en el marcador. El consentimiento de los Tigres fue total.

Ni siquiera hubo demasiados ajustes por parte del “Tuca”, quien se limitó a hacer sus clásicos berrinches en contra de sus jugadores. Los “Xolos” se iban con todo su arsenal al ataque.

Dayro Moreno cobró un tiro de esquina que, por poco, se convierte en un gol olímpico de antología, de no ser por la agónica intervención de “Juninho”.

Avilés Hurtado tuvo un cabezazo a quemarropa que entregó a las manos de Nahuel Guzmán. Los esfuerzos infructuosos de Tijuana frustraron a Miguel Herrera.

Tigres mantuvo el cero en su portería y los tres puntos en la bolsa. Así como son esos felinos, sin brillo, ya están en la Liguilla. Rasguñaron nada más y nada menos que al líder. Son ya candidatos   a levantar el cetro.

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