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De cara al juego contra Estados Unidos, las heridas antiguas se abren y las alegrías pasadas regresan al presente.
Jared Borgetti, máximo goleador histórico de la Selección Nacional, habló de lo que significan estos enfrentamientos y del que viene el próximo 11 de noviembre en Columbus, Ohio.
“En 2001 vino el juego contra Estados Unidos en el Azteca, que debíamos ganar. Era una gran obligación después lo que había sucedido en el inicio del hexagonal. Estábamos a punto de perder la oportunidad de ir al Mundial [Corea-Japón 2002], era un momento de mucha angustia. Llegó Javier [Aguirre] y nos explicó lo que debíamos hacer. Ese partido fue de vida o muerte y había que ganarlo a como diera lugar. Fue un partido donde hicimos lo suficiente para poder ganar”.
Jared anotó el gol del triunfo contra los estadounidenses, que fue el inicio del repunte del equipo mexicano.
“Era el rival que teníamos en frente. La obligación era ganar. Eso lo hacía mucho más difícil. Cuando me toca anotar el gol, obviamente lo grité y lo festejé, porque sabía que eso primero, nos acercaba al triunfo, pero también era una forma de responderle al técnico y a la gente que esperaba que nosotros ganáramos el partido”.
El goleador lo volvió a hacer cuatro años después. En aquella ocasión, el camino rumbo al Mundial de Alemania 2006, volvió a poner frente a frente al Borgetti con el portero estadounidense Kasey Keller. El resultado fue el mismo: Gol de México.
“La rivalidad con Estados Unidos se extiende más allá de solamente el día del partido. Me tocó vivir el partido que perdemos en el Mundial de 2002. Es una rivalidad fuerte en ese sentido. Te soy sincero, para mí, el partido del Mundial me sigue doliendo. Fue una muy buena rivalidad”.
El gran día está por llegar. El próximo 11 de noviembre en Columbus, Ohio, iniciará el hexagonal del área, en donde el objetivo será la clasificación a Rusia 2018, por lo que Jared nos cuenta sus expectativas para México.
–Espero a un equipo de Estados Unidos esperando y jugando al contragolpe. En ocasiones les ha funcionado, pero México tiene una muy buena camada de jugadores, con mucha experiencia en muchas ligas de Europa y creo que hoy es diferente”.
Allá en Columbus nació el cántico estadounidense: “Dous a cerou”, que duele en lo más profundo del orgullo tricolor.
“El ‘Dos a cero’ hasta cierto punto es circunstancial. Es algo que a nadie le gusta, y que se dé un grito de ambiente. Esta es una historia nueva. Siento que es una parte de su forma de motivarse. México tiene que pensar en lo deportivo y eso es lo que nos importa”.
De 2001 a la fecha han pasado 15 años de derrotas mexicanas en Columbus que bien pueden acabar en unos días.