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Pese a las mejoras realizadas en la plataforma de Chivas TV, las múltiples fallas presentadas durante los meses iniciales del servicio, las multas que conllevaron y los costos de contratación podrían generar que no sea un producto tan atractivo a futuro, considera Alejandro Rojas, abogado experto en derecho deportivo.
“No quisiera ponerme en los zapatos de un aficionado de Chivas. Su decepción debe ser tan grande que seguramente habrán de considerar de manera seria el no renovar el servicio, aún contra lo que representa su amor a la camiseta”, comparte el también consultor en derecho y gestión deportiva, consultado por EL UNIVERSAL. “Precios altos, más un mal servicio, son una combinación desastrosa, una bomba de tiempo”.
El cotejo de anteayer contra el América tuvo un costo de 350 pesos. La condición de ser en fase final ayudó a la contratación masiva, mas el experto reconoce que no es sencillo vender a un producto que sólo se ve por internet.
“Dado el grado de falibilidad que aún muestran los servicios de internet, más bien debe ser difícil [comercializarlo]”, asegura. “En este caso, no hablamos de ventas por catálogo; aquí se trata de un servicio de transmisión de partidos de futbol de un equipo premium y que está fallando constantemente, con la consecuente decepción de sus seguidores”.
A lo que seguramente se unirá la desilusión de los patrocinadores, quienes podrían considerar a las Chivas un producto menos rentable para ofrecer su marca, ya que sus partidos como locales dejaron de verse en televisión abierta y ahora sólo se transmiten en una plataforma de internet que ha tenido falencias.
“En efecto, así es”, sentencia Rojas. “De hecho, el frente del jersey del juego suele ser la parte más cara para un patrocinador y hoy luce vacía, aún cuando el dueño del equipo [Jorge Vergara] manifiesta que es por decisión propia”.
“¿A qué patrocinador puede interesarle también que su marca sólo pueda verse por internet, por unos cuantos, en los espacios publicitarios del estadio? Interesante es también saber qué opinan los dueños de restaurantes y bares que contratan el servicio para ofrecerlo a sus comensales”.
Otro daño colateral de una plataforma que podría perder parte de su atractivo.
