El fiscal de la Audiencia Nacional española solicitó ayer dos años de prisión para el futbolista brasileño del FC Barcelona, Neymar da Silva Santos Jr. El delantero está acusado de corrupción en los contratos fraudulentos que firmó con el club español entre los años 2011 y 2013.

La acusación de la fiscalía se basa en la querella que interpuso en 2015 el fondo de inversión DIS, antigua propietaria del 40% de los derechos federativos del jugador. El fiscal también pide 8.4 millones de euros al FC Barcelona y cinco años de cárcel para el ex presidente del club Sandro Rosell por corrupción y por estafa. Sin embargo, pide cerrar la causa contra el actual dirigente azulgrana, Josep María Bartomeu, por considerar que desconocía los hechos, aunque su firma también apareciese en algunos de los contratos como vicepresidente.

El fondo DIS denunció en junio del año pasado que había sufrido un perjuicio económico por el contrato de 40 millones de euros que firmó el Barça con Neymar en 2011 para amarrar su fichaje antes de que éste pasara a ser agente libre. En 2011, Neymar aún jugaba en el Santos de Sao Paulo, y la operación se hizo a espaldas tanto del club brasileño como de DIS.

Este pacto secreto impidió que el Real Madrid pudiese comprar a Neymar al Santos en 2013. El Real Madrid ofreció entonces al club brasileño 36 millones de euros, el doble que el Barcelona. La FIFA prohíbe estas negociaciones hasta 11 meses antes de que un jugador termine el contrato con su anterior equipo.

La fiscalía española distingue en la causa dos delitos. El primero es de corrupción entre particulares por esta vinculación fraudulenta. Si Neymar fuera condenado a dos años, debería ir a prisión en España.

El segundo delito es de estafa. El Barcelona y el Santos, además del traspaso de Neymar, firmaron otros dos contratos que estaban vinculados a la operación. El primero, de 7,9 millones de euros, corresponde a un supuesto derecho de preferencia del club azulgrana sobre tres jugadores del Santos que nunca se ejecutó. El segundo, por 4,5 millones, es un acuerdo para un amistoso entre ambos clubes que tampoco se llegó a disputar. Estos dos contratos deberían haber formado parte de los beneficios de la mercantil DIS.


La causa contra Neymar y el Barcelona fue archivada ya una vez por el juez, y la fiscalía logró que se reabriese.

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