Las amenazas de los jugadores Jaguares de Chiapas quedaron en eso, y sólo unos cuantos futbolistas mostraron amor propio y protestaron ante la falta de compromiso de la directiva.

El equipo chiapaneco derrotó 1-0 a Atlas, con gol de Vanderley Dias, pero perdió en dignidad.

En la semana el equipo había amenazado con no jugar; con no disputar el encuentro durante los primeros quince minutos y hasta dejarse anotar un gol como modo de protesta contra los dueños del plantel que de nueva cuenta, justo como el torneo pasado y el anterior, adeudaban saliarios.

Al final llegó la promesa de que los cheques que antes les había rebotado tendrían fondos, bajo esa premisa la mayoría del plantel se presentó a jugar, todos menos Egidio Arévalo, el uruguayo que había sido separado semanas atrás por protestar por la falta de pagos.

Arévalo dejó la concentración del equipo el viernes por la noche, diciendo abiertamemte que lo que sucedía en el club sureño era más que bizarro, surrealista, y que no quería ser parte de eso.

La Federación Mexicana de Futbol ha amenazado que el equipo de los López Chargoy sería desafiliado si no pagaba para diciembre.

El juego fue digno de dos equipos que viven en los últimos lugares de la tabla general. Atlas decepcionó. Atlas a pesar de tener en la dirección técnica a un técnico preparado como José Guadalupe Cruz, no tuvo materia prima para dar un golpe de autoridad y pensar en los primeros lugares. Junto con su hermano Morelia, seguirá pensando en cómo evitar el descenso para el próximo torneo.

Y Jaguares deberá de replantear muy bien qué es lo que quiere. Sus dueños quizá deban dar un paso al costado y dejar que empresarios con interés y dinero, intervengan para no dar más pena.

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