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Sus delicadas y temblorosas manos experimentan un movimiento apenas perceptible, pero esta vez no es reflejo del nerviosismo que generan las interminables revisiones médicas. Es felicidad en su estado más puro, esa que invade a María Pura Porras Gómez cuando ve salir por la puerta del auditorio americanista al guardameta que idolatra.

Han pasado 12 días desde que cumplió nueve años de edad. Es lo de menos para Purita, quien paradójicamente nació el 12 octubre de 2007 y recibe un invaluable obsequio de onomástico personificado por Hugo González. Al igual que el resto de las Águilas, el meta acaba de terminar una sesión de video previa al Clásico de clásicos, por la semifinal de la Copa MX, que se jugará mañana por la noche.

Él también necesita un respiro. Lo encuentra en su pequeña admiradora, quien sufre epidermolisis bullosa distrófica recesiva, conocida como “piel de mariposa”, caso dado a conocer por EL UNIVERSAL el 30 de septiembre, lo que generó que recibiera diversos apoyos económicos por parte de la sociedad.

La sonrisa del arquero emociona mucho a Purita, aunque le roba las palabras. El intercambio de miradas sella el instante.

“Escuché que eres mi fan y aquí estamos contigo apoyándote, así como tú lo haces con nosotros”, le dice Hugo, para tratar de que entre en confianza. “¿Vas a ver el partido del miércoles? ¿Vamos a ganar?”.

—Sí, van a quedar 4-0”, responde Purita, confiada. Es entonces que su mamá, Claudia Gómez González, derrama otra lágrima. La interacción con el ídolo ya es realidad.

“¿4-0?”, revira el futbolista potosino, asombrado. “¿Qué tal estuvo el viajecito hasta acá? ¿Cansado? ¿Soy bueno o no? ¿Mucho o poquito? Dame algunas palabras de aliento para el miércoles”.

Lluvia de preguntas que Purita atina a contestar con otro “van a ganar”. Seguido de un fugaz y tímido “eres muy bueno”.

María Pura y su madre viajaron desde Ciudad Victoria, Tamaulipas, para conocer a Hugo. Primera vez que están en la Ciudad de México sin que el principal motivo sea una visita al médico.

El dolor que provoca esta enfermedad genética de la piel, cuya principal característica es la formación de ampollas con mínimo roce o sin contacto aparente, es aliviado por el hombre que se perfila para ser titular en el encuentro ante el Rebaño Sagrado.

“Para mí es algo padre que ella pueda estar compartiendo con nosotros y [quiero] regresarle algo de todo el apoyo que nos da”, comparte, mientras camina con Purita hacia la cancha principal de las instalaciones de Coapa. “A veces no nos damos cuenta de todo lo que representamos, pero esto es algo muy padre para mí y estar aquí con ella, ver los videos que me mandaba la gente acerca de que ella quería conocerme... Tratar de hacer lo posible porque viniera y aquí está, lo cual me tiene muy contento”.

Sentimiento que experimentan varios de sus compañeros. La presencia de la niña revoluciona al club por unas horas.

Previo al esperado encuentro con González, facilitado por Fundación Televisa, Purita y su madre se deleitan con la nutrida vitrina de trofeos amarillos. De pronto, los futbolistas de Ricardo Antonio La Volpe salen hacia la práctica.

Rubens Sambueza se regresa al ver a la niña. Su firma es la primera que se estampa en la gorra y playeras que lleva. Él recibe, en primicia, el pronóstico para el Clásico.

“¿4-0?”, también cuestiona el capitán americanista. “Si es así, aquí te volvemos a ver el viernes”.

Ella sonríe, el temblor ha desaparecido. Disfruta el obsequio.

“Nosotros somos de Victoria y estábamos en Monterrey para que le hicieran un tratamiento médico. Me hablaron de Fundación Televisa para decirme que habían visto la nota en EL UNIVERSAL, por lo que le harían realidad su sueño”, narra la señora Gómez. “Lloré de la emoción, porque soy una madre que ha visto sufrir a su hija, que no quiere que sufra más y, si puedo, está en mí, darle una alegría, se la voy a dar... Como buena mexicana que soy. Este día ha sido muy especial, tanto para ella como para mí”.

Las sorpresas no terminan. Enrique Borja, mítico ex goleador de las Águilas y hoy analista de la cadena Univisión, llega al club para realizar una entrevista. Antes, conoce a Purita y posa para la instantánea. El autógrafo no falta.

También lo hacen el presidente deportivo Ricardo Peláez, Carlos Darwin Quintero y Oribe Peralta, cuyo 24 está en la espalda de la camiseta que tiene la pequeña. Incluso, La Volpe charla con ella.

Pero González vuelve para regalarle una camiseta de entrenamiento y un balón. Ella también le obsequiará algo: una playera del Hombre Araña. Hugo se la pone y dice adiós, mientras Purita sonríe. No es para menos. Acaba de conocer a su superhéroe favorito.

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