Ammán, Jordania.— Realizar una Copa del Mundo en la zona con mayor tensión bélica del orbe es muestra de que el balón siempre ofrecerá la salida hacia la paz con su simple rodar, aunque no necesariamente que los combinados participantes tengan todas las comodidades.

Es por eso que la Selección Mexicana Femenil Sub-17 sólo se apartará de la capital jordana los días en los que deba jugar en otra sede, pero los viajes serán muy rápidos.

Mañana por la noche, las dirigidas por Christopher Cuéllar se medirán con Jordania en Irbid, localidad ubicada a unos 70 kilómetros al norte de Ammán, de la que saldrán el mismo lunes temprano.

Pese a que la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) y el Comité Organizador han ofrecido las mayores garantías posibles a todos los conjuntos, en el Tricolor optan por tomar precauciones y hacer cómoda la estadía de las chicas en el Medio Oriente, cuyos atractivos y sitios de interés ya jugaron alguna mala pasada a otros combinados.

Dentro de su preparación de cara al juego contra México del viernes, la delegación de Nueva Zelanda visitó las playas del Mar Muerto, pero su itinerario se vio afectado por algunos retrasos en las carreteras jordanas, lo que provocó cansancio y hastío en un grupo que no se notó completamente concentrado sobre el lienzo verde del estadio Internacional de Ammán.

Christopher Cuéllar no quiere que le suceda lo mismo a su equipo, en especial ahora que los cuartos de final parecen estar al alcance, por lo que, en la medida de lo posible, evitará las distracciones y las incomodidades para sus pupilas.

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