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Parada durante dos semanas por las eliminatorias mundialistas, la Liga española retoma hoy su curso con Real Madrid y Barcelona cuestionados por su juego y sus resultados, mientras el Atlético de Madrid lidera el campeonato con su característica solvencia.
Tras acumular cuatro empates consecutivos en Liga y Liga de Campeones, el Real Madrid de Zinedine Zidane aspira a atajar en la cancha del Betis una crisis sólo matizada por la también errática trayectoria del Barcelona.
A los azulgrana, que cayeron ante el Celta en la pasada fecha, les espera otro equipo gallego, el Deportivo de La Coruña, para evaluar su capacidad de recuperación en una jornada en la que el Atlético defenderá su liderato ante el colero Granada en el estadio Vicente Calderón.
A diferencia de los blancos, los dirigidos por Luis Enrique contarán a su favor con el factor cancha —el duelo por la octava fecha se disputará en el Camp Nou— y, probablemente, con su admirado “tridente”, después de que el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar regresaran sanos y salvos de los compromisos con sus selecciones y el argentino Lionel Messi completara la recuperación de su lesión, según aseguró el técnico azulgrana.
“La gran noticia es que recuperamos a dos jugadores lesionados como Messi y Umtiti”, afirmó Luis Enrique, en alusión también al ya restablecido defensa francés del Barcelona.
“En el caso de Leo, desde el miércoles está con el grupo y el equipo a buen nivel. Cuando sales de una lesión necesitas minutos. Mañana (hoy) hablaré con él para decidir, pero en principio está disponible, como el resto de compañeros”, prosiguió sobre el crack argentino, baja las últimas tres semanas.
Las principales dudas del entrenador del Barcelona ante los gallegos, que sólo suman dos triunfos en esta Liga, se centran en la línea defensiva, ausentes Jordi Alba y Sergi Roberto por lesión. Su baja y la falta de confianza en Aleix Vidal —acumula seis partidos sin entrar en la lista— podrían llevar a Luis Enrique a cambiar su habitual dibujo y jugar sólo con tres zagueros, como ya hizo ante el Leganés.
Tras caer sorprendentemente ante el Alavés y empatar con el Atlético, el Barcelona no quiere sumar un nuevo tropiezo en el Camp Nou, justo antes de recibir al Manchester City de Josep Guardiola en la Champions.
