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Aunque cumple con las formas al asegurar que para él es una incógnita cómo le recibirá esta noche el pueblo azulcrema, Miguel Herrera sabe bien que un trozo de la dorada historia americanista le pertenece, gracias a aquel título del Clausura 2013.
Eso explica la alegría que le provoca volver al Estadio Azteca y reencontrarse con esa institución que tanto significa en su carrera, sobre todo porque le catapultó a la Selección Mexicana.
“Siempre estaré agradecido. Como ellos quieran [recibirme]... Ya vengo con otros colores, defendiendo a otro equipo, pero [deseo] agradecerles siempre ese apoyo que tuvieron hacia mi persona”, revela el hoy director técnico de los Xoloitzcuintles de Tijuana, en conferencia de prensa. “Si deciden aplaudir, estaré eternamente agradecido y si deciden abuchear, igual estaré eternamente agradecido”.
Lo que no significa que tenga contemplaciones frente a un equipo que necesita unidades para mantenerse en zona de Liguilla.
Es cierto que los fronterizos llegan como líderes, con cuatro unidades de ventaja sobre los Tigres —quienes se ubican en la segunda posición— y con el boleto a la “Fiesta Grande” del balompié nacional prácticamente asegurado, pero no están bien ubicados en la tabla de cocientes, por lo que cada partido es altamente valioso en su lucha por no descender a la división inmediata inferior.
“Con esa idea venimos: a sacar puntos para matemáticamente empezar a sumar las unidades que nos den la clasificación y seguir sumando porque la porcentual está... A lo mejor este torneo nos hemos alejado, pero todavía falta un campeonato más y el siguiente año se nos descuentan torneos buenos”, recuerda el “Piojo”. “Entonces, si hacemos dos torneos buenos, vamos a hacer un buen colchón”.
Motivo suficiente para no dejar ápice alguno a la duda, más allá de que existe la posibilidad de que esta noche tenga un recibimiento bastante más caluroso que su adversario en el banquillo.