San Salvador.— Ángel Sepúlveda fue el jugador que le devolvió la estabilidad a la era de Juan Carlos Osorio al frente de la Selección Nacional.
Un cabezazo certero decretó el 2-1 a favor de México en el estadio Cuscatlán para darle el alivio al timonel colombiano. De paso, el delantero del Querétaro firmó así su debut soñado con la camiseta tricolor. Figura inequívoca de un duelo bravo, que se le complicó por la fiereza de la escuadra salvadoreña.
Actuación redonda de Sepúlveda en su presentación. Por si su anotación no hubiese sido suficiente, resultó el jugador al que le cometieron el penalti con el que el conjunto mexicano obtuvo el 3-1 final.
El artillero novato fungió como una perfecta compañía de Raúl Jiménez en el eje del ataque. Incluso, tuvo el atrevimiento de generar las opciones de gol más claras de México en la segunda mitad.
Entre su falta de tino y las intervenciones de la zaga cuscatleca no pudo ampliar su cuenta personal. Dos disparos cruzados se fueron desviados para frustrar a un joven que mostró hambre en su primer encuentro como seleccionado nacional.
Sepúlveda mostró carácter, ante el juego ríspido del contrincante. Supo encontrar los espacios para posicionarse de cara a la portería de La Selecta y tuvo el premio de darle rumbo a la victoria del Tri.